Club milf...

Siempre he estado obsesionado con las MILFs, tan obsesionado al punto de desear ser una de ellas. Cada vez que veía a una mujer madura y segura de sí misma, me sentía atraído por su elegancia y confianza. Esta obsesión fue creciendo hasta que un día, mientras navegaba por internet, me topé con una página web que decía "Club MILF".

Sin pensarlo dos veces, hice clic. La página estaba llena de artículos supuestamente redactados por MILFs. Había consejos de belleza, moda, tareas domésticas, sexo y más. Cada palabra parecía escrita con una experiencia y seguridad que me fascinaban.

Pero lo que realmente captó mi atención fue un pequeño anuncio en la parte más baja del blog que decía: "¿QUIERES SER UNA MILF? CONTÁCTANOS."

Sin dudarlo, llené el formulario con mis datos y lo envié. Poco después, recibí un correo con una dirección... el club MILF estaba sorprendentemente cerca de mi casa. Recordé haber pasado por ese lugar muchas veces y haber visto a señoras reunidas allí.

El correo también decía que estaba invitado a ser miembro y me daban una cita para esa misma tarde.

Al llegar, fui recibido por una hermosa mujer pelirroja con una figura envidiable. "Tú eres el que solicitó unirse al club, ¿no?", dijo con una sonrisa. Un poco intimidado, asentí con la cabeza.

"Bienvenido al club," me dijo mientras me guiaba hacia el interior. El lugar era elegante, con una atmósfera de lujo y sofisticación. Me sentí fuera de lugar pero emocionado.

La mujer pelirroja me explicó que si realmente deseaba ser una MILF como ella, podía lograrlo, pero debía estar dispuesto a renunciar a mi masculinidad y a mi vida como hombre. "Si aceptas," dijo, "nos encargaremos de darte una nueva vida y una nueva identidad."

Sin pensarlo mucho, acepté. "Muy bien," dijo ella, "antes de que ingieras el compuesto Venus, haremos que disfrutes tu último día como hombre..."

Me condujo a una sala donde había más MILFs esperándome. Todas eran increíblemente atractivas y seguras de sí mismas. Me rodearon y comenzaron a acariciarme, susurrándome que el primer paso era drenar todo el semen de mis bolas... y que ellas se encargarían de eso.

Sus toque y cada caricia me llevaban al límite. Sentía una mezcla de nerviosismo y excitación como nunca antes. Las mujeres se turnaban, una tras otra, llevándome al éxtasis. La sensación era orgasmica.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad de placer, me llevaron a otra sala más pequeña y privada. Allí, la pelirroja me entregó una copa con un líquido brillante. "Este es el compuesto Venus," dijo, "una vez lo bebas, no habrá vuelta atrás."

Con la cabeza llena de extasis y el corazón latiendo rápido, tomé la copa y bebí el líquido. Al principio, no sentí nada, pero pronto una cálida sensación comenzó a extenderse por mi cuerpo. Sentí como mi piel se suavizaba, mis rasgos cambiaban y mi cuerpo se transformaba.

La pelirroja me sostuvo mientras mi cuerpo cambiaba y me susurraba palabras de aliento. "Bienvenida al Club MILF," dijo finalmente. Me miré en un espejo y vi a una mujer madura y hermosa reflejada. Había renacido como una MILF, lista para comenzar mi nueva vida.