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domingo, 1 de diciembre de 2024

Apoderandose de su cuerpo




Aldo dej贸 escapar un suspiro lleno de satisfacci贸n mientras recorr铆a con la mirada su reflejo en el espejo. Su nueva figura, con curvas marcadas y una silueta que recordaba a un reloj de arena, lo llenaba de un placer casi prohibido. Su atuendo no dejaba nada a la imaginaci贸n, resaltando su estrecha cintura, sus caderas generosas y sus largas piernas.


"¡Dios m铆o!" exclam贸 mientras giraba lentamente frente al espejo, observando c贸mo su nueva forma parec铆a hecha para atraer miradas. Pas贸 las manos por sus costados, recorriendo la curva de su cintura hasta que sus dedos se posaron en sus caderas amplias. "Estas caderas son… simplemente divinas. ¡No sab铆a que pod铆a sentirme tan sexy!"


Gir贸 de nuevo, enfoc谩ndose en su trasero redondeado. Con una sonrisa traviesa, inclin贸 ligeramente la cadera y dio una palmada juguetona. "¿Qui茅n necesita horas en el gimnasio cuando tienes un trasero como este? Es tan firme, tan… provocador. Aliyah realmente no sab铆a lo afortunada que era".


Llev贸 las manos hacia su pecho, ajustando ligeramente el escote que dejaba entrever sus voluptuosos senos. Sus dedos rozaron la suave curva de su piel, y un escalofr铆o recorri贸 su cuerpo. "Y estos… ¡estos son un sue帽o! Son tan grandes y llenos. Pesados, pero en el mejor sentido. No puedo esperar a que alguien los admire… o los toque."

Su mirada se detuvo en su rostro reflejado. Toc贸 suavemente sus labios carnosos, esbozando una sonrisa satisfecha. "Estos labios... son como un im谩n para besos. Y mis ojos, tan profundos y seductores. Podr铆a hipnotizar a cualquiera con solo mirarlos."


Aldo no pod铆a creer que finalmente lo hab铆a logrado. Su obsesi贸n con Aliyah hab铆a comenzado como una simple admiraci贸n, pero con el tiempo, la admiraci贸n se hab铆a transformado en deseo, y el deseo en envidia. Hab铆a algo casi tortuoso en verla todos los d铆as, pase谩ndose con ese cuerpo perfecto, esa feminidad que parec铆a inalcanzable. Pero ya no. Ahora, gracias al hechizo que hab铆a encontrado en aquel rinc贸n oscuro de la web, Aldo ocupaba su cuerpo. Aliyah estaba atrapada, su conciencia reprimida, y 茅l ten铆a el control total.


"Te lo advert铆, Aliyah", murmur贸 en voz baja, mirando su reflejo como si hablara directamente con ella. "Siempre dese茅 ser t煤. Ahora lo soy, y no hay vuelta atr谩s."


Record贸 las instrucciones del hechizo. Para que el cambio fuera permanente, necesitaba completar el 煤ltimo paso: experimentar el 茅xtasis del placer f铆sico. Sexo. Esa era la llave que sellar铆a su destino, de lo contrario  todo volveria a la normalidad...


"Esto ser谩 tan f谩cil..." dijo con una risita mientras pasaba los dedos por su cabello reci茅n arreglado. Su reflejo en el espejo le devolvi贸 una mirada cargada de confianza. "¿C贸mo podr铆an resistirse? ¡M铆rame! Estas caderas est谩n hechas para atraer miradas. Son tan anchas, tan femeninas... y este busto," agreg贸 mientras ajustaba el escote de su blusa, acariciando ligeramente el borde de sus senos, "es simplemente perfecto. Redondos, llenos, y lo mejor de todo, imposibles de ignorar."


De repente, una idea cruz贸 por su mente, arranc谩ndole una sonrisa traviesa. "¿Y si salgo a buscar diversi贸n esta noche? Algo que haga que este cuerpo sea m铆o para siempre..." Se gir贸 hacia el guardarropa, sus ojos escaneando r谩pidamente las prendas hasta detenerse en un vestido rosa colgado al fondo.


"Este es perfecto", murmur贸 mientras lo descolgaba y lo sosten铆a frente a su cuerpo. El vestido era corto, ajustado, con un corte dise帽ado para abrazar cada curva de forma provocadora. Al pon茅rselo, sinti贸 c贸mo la tela suave se amoldaba a su figura, acentuando su cintura estrecha, sus caderas pronunciadas y su busto voluptuoso.


Se gir贸 hacia el espejo, admirando c贸mo el vestido parec铆a hecho a medida. "¡Mira esto!" exclam贸 emocionada mientras daba una vuelta para observar su trasero en el reflejo. "Es como si este vestido estuviera dise帽ado solo para m铆. Resalta todo lo que hace que este cuerpo sea irresistible."


Recogi贸 su bolso y se encamin贸 fuera del departamento, sus tacones resonando contra el suelo con cada paso. Mientras caminaba, no pudo evitar seguir hablando consigo misma, emocionada por las nuevas sensaciones de su cuerpo.


"Los tacones son un desaf铆o, pero, Dios, hacen que mis piernas se vean interminables. Y este atuendo… nunca pens茅 que algo tan ajustado pudiera sentirse tan bien."


Se detuvo un momento, acariciando la curva de sus caderas. "… todo rebota en el lugar correcto. Estas curvas son hipn贸ticas. ¿C贸mo pod铆a Aliyah caminar por la calle sin sentirse la mujer m谩s deseada del mundo?"


Al llegar a la puerta, se detuvo frente a su reflejo por 煤ltima vez. Coloc贸 una mano en su cadera y la otra en su cabello, posando como si estuviera en una sesi贸n de fotos. "Soy una obra de arte", susurr贸, dejando escapar una risita llena de anticipaci贸n. "Esta dia, voy a hacer que todos me deseen… y voy a disfrutar cada segundo de ello."



 Solo faltaba ese paso para sellar su destino. Su coraz贸n lat铆a con fuerza mientras pensaba en lo que estaba por venir.


"Ser谩 tan f谩cil", se dijo en voz alta, caminando hacia la puerta giratoria. "Basta con un par de coqueteos. No podr谩n resistirse… y yo no voy a dejar pasar esta oportunidad."


La anticipaci贸n era casi insoportable mientras sal铆a del edificio. Su mente estaba llena de im谩genes de lo que estaba por venir: las miradas de admiraci贸n, los susurros de deseo, las manos explorando cada rinc贸n de su nuevo cuerpo.


"Este dia comiensa un nuevo ma帽ana, mi cuerpo ser谩 m铆o para siempre", murmur贸 con una sonrisa triunfal mientras caminaba hacia el bar m谩s cercano. Cada paso que daba la hac铆a sentir m谩s poderosa, m谩s viva, m谩s femenina que nunca.


La nueva Aliyah estaba lista para reclamar lo que siempre hab铆a deseado: no solo ser Aliyah, sino vivir como ella, experimentar la pasi贸n en ese cuerpo y convertirlo en su hogar definitivo.

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