Después de meses de trabajo duro, por fin logré lo que siempre quise: ser el jefe de la empresa. Decidí llevar a mi esposa, Erika, y a nuestra hija, Linsy, a unas vacaciones a un hotel de lujo para celebrar. Estaba emocionado. Nos merecíamos un descanso, y esta era la oportunidad perfecta.
Al llegar al hotel, vi a dos vagos, Donald y Tony, fuera, observándonos. No les presté mucha atención; tenía confianza en que podría proteger a mi familia. Mientras mi esposa e hija subían a la habitación, me quedé para hacer el registro. Pero de repente, escuché gritos.
"¡Erika! ¡Linsy!" grité mientras corría hacia la habitación, seguido por algunos empleados del hotel.
Al abrir la puerta, vi a Erika y Linsy tiradas en el suelo, inconscientes. Los dos vagos estaban cerca, pero al vernos, intentaron alejarse.
"¡¿Qué ha pasado?!", les pregunté a los empleados del hotel, que ya estaban intentando reanimar a mi familia.
"Ellos… intentaron… abusar de ellas", dijo Erika, aún temblando de miedo. "Esos dos…"
Mi rabia estalló. "¡Llévenlos a la cárcel! ¡Ya!" ordené con furia.
Mientras los arrestaban, Erika y Linsy fueron llevadas a su habitación para descansar. Decidí que a pesar de lo ocurrido, seguiríamos con las vacaciones. Pero las cosas no fueron las mismas.
Durante los días siguientes, empecé a notar algo extraño en el comportamiento de mi esposa e hija. Se comportaban de forma rara, como si intentaran ser más femeninas, pero forzadas, casi como si estuvieran aprendiendo cómo actuar.
Una mañana, cuando me desperté, vi a Erika frente al espejo, arreglándose el cabello, pero sus movimientos eran incómodos.
"¿Todo bien, cariño?" le pregunté, notando su nerviosismo.
"Sí, todo bien, amor", respondió, forzando una sonrisa. Pero había algo extraño en su tono. Era como si estuviera tratando de parecer… diferente.
Luego, Linsy también comenzó a comportarse de una manera extraña. Cuando nos sentamos a desayunar, me miró con una sonrisa que no le conocía. "Papá, ¿podemos ir a la piscina hoy?"
"Claro, princesa. Pero, ¿estás segura de que te sientes bien?" le pregunté, notando que sus ojos parecían vagos, como si estuviera perdida.
"Sí, papá. Solo quiero que pasemos más tiempo juntos", dijo, y aunque me sonrió, sentí una incomodidad creciente.
Esa misma tarde, mi teléfono comenzó a sonar. Un número desconocido aparecía en la pantalla, y aunque al principio lo ignoré, empecé a recibir varias llamadas seguidas. Me pareció raro, pero no le di mucha importancia.
"¿Quién será?", me preguntó Erika mientras veía que miraba mi teléfono.
"No lo sé, amor", respondí. "Es un número desconocido."
Pero algo en el aire se sentía tenso. Mis sospechas crecían.
Más tarde, mientras me duchaba, escuché un murmullo. Cuando salí del baño, vi a Erika y Linsy conversando mientras se pasaban mi celular entre ellas. Tan pronto como me vieron, ambas colgaron rápidamente.
"¿Qué pasa? ¿Por qué colgaron?", les pregunté, frunciendo el ceño.
"Todo está bien", respondió Erika, con una sonrisa extraña en su rostro. "No te preocupes, querido. Todo estará muy bien ahora."
Linsy también se acercó a abrazarme, pero su abrazo fue raro, como si estuviera escondiendo algo.
"Te quiero mucho, papito", dijo con una voz que sonaba más vacía de lo normal.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. "¿Están seguras de que todo está bien?"
"Sí, papá", dijo Linsy. "Solo queremos estar contigo. Vamos a regresar a casa. Todo está bien."
Decidí que ya era hora de regresar. Cuando llegamos a la casa, noté que Erika y Linsy parecían asombradas. Miraban todo como si fuera la primera vez que veían la casa.
"¿Qué pasa?", pregunté confundido. "¿Es algo nuevo para ustedes?"
"No, no… es solo que, no recordábamos todo esto tan claro", dijo Erika, mirando alrededor, como si le faltara algo de familiaridad en los detalles.
Yo no le di mucha importancia. Pensé que tal vez estaban agotadas por el viaje, pero el comportamiento de las dos seguía siendo extraño. No era solo un pequeño cambio; algo más profundo había sucedido.
Días después, mientras intentaba retomar la rutina, comencé a notar más diferencias. Las conversaciones de Erika y Linsy parecían forzadas. Mi hija me abrazaba con más intensidad de lo normal, y mi esposa me miraba con una sonrisa que no parecía sincera. Algo no encajaba.
"Erika, ¿estás segura de que todo está bien?", le pregunté una noche.
"Sí, amor, claro que sí", me respondió, pero sus ojos brillaban con algo oscuro que no podía identificar.
Esa noche, me quedé pensativo. Decidí revisar las llamadas en mi teléfono, y fue entonces cuando me di cuenta: varias de las llamadas de ese número desconocido eran de la cárcel. Estaba a punto de marcar el número cuando, de repente, una sensación extraña me invadió.
En ese momento, algo se rompió dentro de mí. Las piezas empezaron a encajar. Mi familia ya no era mi familia. Lo que no sabía era que Donald y Tony, los vagos que nos habían atacado en el hotel, habían usado un conjuro oscuro para intercambiar sus cuerpos con los de Erika y Linsy. Las verdaderas mujeres que amaba estaban atrapadas, mientras ellos disfrutaban de la vida que siempre quisieron, aprovechándose de mi amor y confianza.
Mi esposa e hija, ahora en los cuerpos de esos hombres, me mantenían bajo su control, manipulando cada uno de mis movimientos y emociones. Mi vida perfecta era una mentira, y yo no tenía ni idea de lo que realmente estaba sucediendo.
"Todo está bien, papito", susurraron, como si no supieran que ya estaba empezando a descubrir la verdad.
Pero era demasiado tarde. Ellos ya estaban ganando.
Me gusto, aun que falto algo de "intimidad"
ResponderEliminarMuy buena historia, me encanto pero concuerdo con el primer comentario de 222, le falto algo mas de intimidad, por ejemplo que el vago en el cuerpo de la esposa para evitar sospechas tenga relaciones con el esposo
ResponderEliminarGran historia me encanto el concepto muy maliciosa el cambio entre los vagabundos y la esposa e hija, podría sugerir que ampliaran un poco el tamaño donde ven las historias en el blog para que no estén tan comprimidas, solo es una sugerencia saludos
ResponderEliminarmuy buena me gusto la historia y el tipo de cambio de robo de cuerpos entre vagos y la familia, deberías hacer una segunda parte
ResponderEliminarque historia mas excitante y perversa me gusto como los dos vagos se hacen pasar por ellas fingiendo enfrente del esposo, yo le hubiera agregado una parte donde las descubre teniendo relaciones y así el padre sospeche mas, me gustaron también las fotos que usaste al final para representar a los vagos en los cuerpos de las mujeres muy buen trabajo
ResponderEliminarOtra gran historia me extasié leyéndola podrías continuarla para ver como los ladrones de cuerpos disfrutan de sus nuevas vidas si que el marido pueda detenerlos seria genial
ResponderEliminarme encanto, la forma en que los vagos manipulan al pobre hombre usando los cuerpos de su esposa y hija me fascina, excelente historia : )
ResponderEliminarme gusto la historia muy buena
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