馃棷RECUERDEN QUE SUBIMOS DE 3 A 4 CAP, CADA FIN DE SEMANA 馃棷

viernes, 14 de febrero de 2025








El reflejo en el espejo me devuelve la imagen de una mujer irresistible: labios gruesos pintados de rojo intenso, ojos enmarcados con un maquillaje sensual, cabello rubio cayendo en suaves ondas sobre mis hombros. Mi vestido rojo es ajustado, apenas conteniendo mis curvas exageradas. Pero lo m谩s importante es lo que llevo debajo.

Mis manos recorren mi cuerpo con movimientos ensayados. Ajusto el sujetador de encaje rojo, asegur谩ndome de que mis senos queden elevados y tentadores. La tela es tan fina que apenas oculta mis pezones endurecidos. Deslizo la tanga diminuta entre mis caderas anchas y redondeadas, sintiendo c贸mo se acomoda entre mis nalgas generosas. Mis piernas, perfectamente depiladas, se cubren con unas medias de seda que subo lentamente hasta sujetarlas con el liguero de encaje, cada movimiento record谩ndome lo que soy ahora.

Hoy es 14 de febrero.


Hace exactamente un a帽o, yo era un hombre. Su vecino. Un tipo com煤n con una vida propia, hasta que 茅l decidi贸 que deb铆a ocupar el lugar de su esposa perdida.

Nunca olvidar茅 el momento en que me tom贸. Me despert茅 en una habitaci贸n desconocida, atado a una cama, con su voz calmada susurr谩ndome:

—No llores, mi amor. Solo te har茅 perfecta otra vez.

Desde ese d铆a, mi vida dej贸 de ser m铆a. Hormonas, cirug铆as, entrenamientos. Me molde贸 a su gusto, esculpi贸 mi cuerpo hasta convertirme en la esposa ideal. Me oblig贸 a aprender a caminar con tacones, a vestirme con lencer铆a provocativa, a someterme a su voluntad. Cada castigo, cada sesi贸n de lavado de cerebro, me fue borrando… hasta que no qued贸 nada del hombre que una vez fui.

Ahora soy nora. Su Valentina.

Hoy es nuestro aniversario. Nuestro primer San Valent铆n juntos. Me ha comprado joyas, flores, y una cena especial. Pero s茅 que lo 煤nico que realmente quiere… soy yo.

Respiro hondo y sonr铆o, colocando mis manos sobre mi vientre plano, imaginando el futuro que 茅l ha planeado para m铆. Pronto, ser茅 m谩s que su esposa. Ser茅 la madre de sus hijos.

El sonido de la puerta abri茅ndose me estremece. Me giro, lista para recibirlo, con la sonrisa dulce que 茅l adora.

Porque ya no s茅 ser otra cosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opini贸n es inportante para el equipo del blog, puesdes cometar si gustas ⬆️⬇️