Desperté en una habitación de hotel… y en un cuerpo que no era el mío.
Me senté en la cama, con el corazón acelerado, sintiendo un peso extraño en el pecho, una suavidad en la piel, una forma distinta al moverme. Me miré al espejo: era una mujer madura, atractiva, de curvas generosas, ojos felinos y labios gruesos.
Encendí la televisión y enseguida todos los noticieros hablaban del mismo fenómeno: "El Gran Cambio".
Miles de personas alrededor del mundo habían despertado en cuerpos que no les pertenecían. No había explicación… ni forma de revertirlo.
Quería hablar con alguien. Pensé en llamar a mi madre, pero sabía que no me creería con esta voz. Así que llamé a mi mejor amigo: Yam.
—¿Hola? —contestó con voz adormilada.
—Yam… soy yo… Haruki.
—¿Qué? ¿Quién habla?
—Soy yo, idiota. No cuelgues, te juro que soy yo.
—Tienes voz de mujer.
—¡Lo sé! No estoy en mi cuerpo. Desperté en el cuerpo de una mujer. Por favor, escúchame.
—¿Qué clase de broma es esta…?
—se que te masturbaras, con imagens de hinata milf...
Silencio.
—…Nadie más sabe eso.
—Exacto.
—¡Mierda! ¿De verdad eres tú?
—Sí. ¿Puedes verme? Estoy cerca del centro, en el restaurante Kido’s.
—Allí estaré en media hora.
Me puse lo primero que encontré: blusas, leggins , y tenis blancos Caminar era raro: cada paso hacía que mis caderas se movieran más de lo que quería, y el rebote de mis pechos me recordaba que esto era real.
A medida que caminaba por las calles rumbo al restaurante, notaba algo inquietante: las miradas. No eran solo por mi cuerpo, no solo. Eran miradas de reconocimiento.
Hombres me observaban con sorpresa contenida, otros con disimulo, como si dudaran si acercarse o no. Uno incluso me sonrió como si nos conociéramos.
“¿Qué demonios me están mirando?”, pensé en ese momento, sintiéndome desnudo aunque estuviera vestida.
Pero no entendía por qué.
Cuando llegué, Yam me esperaba en la entrada. Al verme, abrió los ojos como platos.
—¿Eres tú?
—Sí…
—Wow… —me escaneó con la mirada—. Estás… distinto. Muy distinto.
—No te acostumbres —bromeé, empujándolo con suavidad—. Solo estoy… atrapado.
Nos sentamos y comenzamos a hablar.
—¿Cómo te sientes?
—Extraña. Es como si mi cuerpo tuviera voluntad propia… cada movimiento se siente diferente. —Hice una pausa, bajando la voz—. ¿Sabes lo incómodo que es usar brasier?
Yam se rió, pero luego bajó el tono.
—¿Te has visto desnudo?
—Un poco… no mucho. Me dio vergüenza.
—¿Y… abajo?
—¡Aún no! No quiero saber todavía…
—¿Y si estás en tus días?
Lo fulminé con la mirada.
—¡No bromees con eso!
Se rió otra vez, pero su risa se fue apagando mientras me observaba más detenidamente.
—Tu cara… se me hace conocida. Muy conocida.
—¿En serio? ¿Soy alguien famoso?
—Tal vez… —bajó la mirada—. ¿No tienes identificación?
—No… no revisé.
—A ver… —dijo de repente, sacando su celular—. Quédate quieta.
—¿Qué haces?
—Voy a buscarte con Google Lens. Solo para saber quién eres.
Me tomó una foto. Protesté un poco, pero lo dejé. Observé cómo escaneaba la imagen… y de pronto, su rostro cambió.
Pasó de curioso a sorprendido… luego a incómodo. Bajó la vista. Tragó saliva.
—¿Qué pasa? ¿Quién soy? —pregunté.
—Nada… no es nada grave.
—¡Dímelo! ¡Lo necesito saber!
—Solo… alguien famosa. Ya sabes, de esas que salen mucho en redes.
—¿Influencer? ¿Cantante?
—Algo así… —dijo, evitando mis ojos.
—¿Por qué no me lo quieres decir?
Guardó su celular con rapidez.
—Créeme, Haruki… estás mejor sin saberlo. Solo… no te busques en internet, ¿sí?
Lo miré fijamente.
—¿Tan malo es?
—No es malo. Solo… puede que te cambie la forma de verte. Y no necesitas eso ahora.
Fruncí el ceño.
—¿Es algo sexual?
—...
—¡¿Soy actriz porno?!
—¡Shhh! —miró a su alrededor, nervioso—. ¡Baja la voz! No lo dije yo, ¿ok?
Y entonces… lo entendí.
Las miradas en la calle. La sonrisa del tipo en la esquina. La forma en que el mesero me guiñó el ojo al entrar.
No era solo por mi cuerpo… era porque me habían visto antes.
Pero no vestida. No caminando por la ciudad.
Me habían visto desnuda. En la pantalla. Gimiendo.
—¡Estoy en el cuerpo de una actriz porno!
—Una muy famosa, por cierto. Aunque… —agregó sonriendo—, ahora que lo pienso… tus videos deben tener millones de vistas.
—¡No me ayudes!
Nos quedamos en silencio unos segundos.
Yam sacó su teléfono y siguió buscando…
—No puede ser… fuck… —murmuró con los ojos abiertos como platos—. Te estás tomando una polla negra por el culo…
Le arrebaté el teléfono, pero ya era tarde.
—¡Dame eso!
—¡No, espera! ¡Mira esta! Estás de rodillas, con semen escurriendo por la cara… y ¡joder! aquí estás montando a dos tipos al mismo tiempo y por el mismo agujero.
—¡Solo cállate! —le dije, tapándome el rostro con ambas manos.
—No me jodas… ¿tu nuevo cuerpo hace estas cosas?
—¡Yam, basta ya!
—Es que no puedo creerlo.
Asentí en silencio, sintiendo que me ardían las mejillas.
—la recepcionista del hotel me miró raro en la entrada del hotel… ahora sé por qué. No me reconocía como persona, sino como… bueno, ya sabes.
— una puta... y ¿Qué vas a hacer ahora? —preguntó Yam, bajando un poco el tono, quizás viendo que ya me estaba afectando.
—No tengo ni idea. Pero lo primero será evitar que alguien me reconozca en la calle.
Me crucé de brazos, mirando por la ventana del restaurante.
—¿Y lo segundo?
—Lo segundo… —tragué saliva— tal vez… tal vez aprender a vivir como ella. Aunque eso todavía no me lo permito aceptar.
Yam me miró en silencio unos segundos, luego sonrió de forma incómoda.
—Bueno… si llegas a necesitar ayuda para “practicar” ser ella… tú sabes… yo podría…
—¡Ni lo sueñes!
—¡Solo bromeaba! —dijo, levantando las manos—… un poco.
Tiene potencial como para una parte 2
ResponderEliminarXd
ResponderEliminar🤫
EliminarNombre de la actriz?
ResponderEliminar