"Aldo y yo habíamos sido mejores amigos desde el jardin de infantes. Yo podia contar con el y el conmigo, comaprtimos muchas aventuras y nos metíamos en muchos problemas, pero cuando llegamos a la adultes
pero Cuando empezó a salir con "Brandi" fue todo una revelación, pero después me dijo que su nuevo ligue era una mujer trans y que solía ser un chico, en ese instante pensé: "¿Qué carajo, amigo?", ¿eres gay o que ? Ella es un chico.
Aunque, no lo culpaba, a ambos nos costaba mucho conocer y hablar con chicas.
El me contó que había conocido a brandy en una aplicación de citas en línea, confeso que hizo mach con ella por error, y por aburrimiento comenzó chatear con ella, entre broma y broma aldo la invito a salir y como se imaginarán una cosa llego a otras y ahor eran pareja
Cuando me pidió que fuera con él a una cita dobla con el, Brandy y una amiga de Brandy yo le conteste: "De ninguna manera, no soy gay ni me gustan las chicas que son chicos"
Cuando vi a "Brandy", no mencioné nada a aldo, pero su belleza era innegable; resultaba difícil creer que había sido un chico en el pasado. Sus ojos expresaban historias que aún no conocía.
Mi intento de entablar conversaciones con chicas y salir con mujeres no había dado frutos. Las citas se esfumaban entre mis dedos como si estuvieran destinadas a ser esquivos destellos.
Meses pasaron, marcados por sucesivos fracasos. Fue entonces cuando Aldo, mi amigo de confianza, sugirió nuevamente la idea de una cita doble con chicas trans.Al principio, mis prejuicios se hicieron evidentes, pero conforme reflexionaba, pensé: "¿Qué puedo perder?" Así, acepté la propuesta de Aldo, abriéndome a la posibilidad de conocer a Brandy y a su amiga trans en un contexto más relajado. De igual manera no tenía expectativas altas
Después de un relajante baño y dedicar tiempo a arreglarme, me encaminé hacia el restaurante donde Aldo y Brandy compartían una cena. Al llegar, identifiqué a Aldo y Brandy en una mesa, y al acercarme, Aldo sonrió mientras le comentaba sobre la cita. Brandy respondió con una sonrisa, y Aldo me llevó hacia la mesa donde Jessica, la amiga trans, me esperaba.
La visión de Jessica me dejó sin aliento. Era una pelirroja deslumbrante con curvas que parecían esculpidas a la perfección. Sus senos eran generosos, sus caderas amplias y su cintura, una sinfonía de delicadeza. Tomaba elegantemente una copa de vino, y su presencia emanaba una feminidad que desafiaba cualquier expectativa previa. Aunque mi mente luchaba por reconciliar su apariencia con su historia, la realidad estaba frente a mí.
Sentándome a la mesa, la conversación con Jessica fluía naturalmente. Su voz, dulce y aguda, resonaba con encanto, mientras su perfume, una mezcla de esencias naturales, creaba una atmósfera cargada de emociones. Cada gesto suyo era una danza de elegancia.
La intimidante feminidad de Jessica me sumió en una vulnerabilidad poco familiar. A pesar de estar acostumbrado a enfrentar rechazos, esta situación era única. Jessica me miraba con ojos llenos de emoción, y mi corazón latía con fuerza ante la incertidumbre. Mi torpeza era palpable, pero ella, percibiendo mi nerviosismo, soltó una risita y dijo: "Está bien, entendemos esto mucho. Sí, soy una mujer trans. Solo estoy buscando un hombre que pueda aceptarme como las mujeres en las que me he convertido. ¿Crees que soy lo suficientemente femenina para ti?"
Respondí con timidez: "Lo siento, es solo que eres tan hermosa. Nunca habría imaginado que eras trans, pero Jessica, si no estás saliendo con nadie, sí, me encantaría pasar más tiempo contigo."
La cita prosiguió, y mi fascinación por la femineidad de Jessica persistía, mientras yo continuaba esforzándome por conectarme con ella en medio de la cautivadora velada.
En los días que siguieron a la inolvidable cita, la imagen de la pelirroja se aferró a mi mente. Cada día esperaba con ansias una nueva invitación de Aldo, pero la semana transcurría sin noticias.
La noche de la cita, mis nervios se apoderaron de mí y, lamentablemente, olvidé pedirle el número a Jessica. Al día siguiente, al encontrarme con Aldo, su expresión curiosa me indicaba que notó mi descuido. Al preguntarme cómo había sido la velada con Jessica, me sonrojé y los nervios me traicionaron. Aldo, astuto como siempre, comentó con una sonrisa: "Te gustó, ¿verdad?" Incapaz de articular una respuesta, simplemente asentí con la cabeza. Él rió y dijo: "Ves, te tragaste tus palabras."
La confesión sobre mi deseo de volver a ver a Jessica finalmente salió de mis labios en ese momento. Aldo, divertido por mi repentina revelación, aseguró con confianza que haría lo necesario para que tuviera otra oportunidad de encontrarme con ella.
Los días siguientes se volvieron una mezcla de ansiedad y anticipación, mientras esperaba la intervención de Aldo para reunirme nuevamente con Jessica, la pelirroja que había dejado una marca imborrable en mi memoria.
Un par de días después de mi charla con Aldo, mientras él se dedicaba a la limpieza de mi departamento, percibí un suave golpeteo en la puerta. Sin expectativas de visitas, abrí la puerta y me encontré con Jessica. Invité a entrar a la pelirroja, y de inmediato, nos sumergimos en una atmósfera de risas nerviosas, donde la tensión y la anticipación eran palpables en el aire.
Nos sentamos en mi sala, rodeados de una tenue luz que creaba una especie de magia en el ambiente. La charla comenzó de manera casual, explorando temas que iban desde lo trivial hasta lo íntimo. Los destellos de complicidad entre nosotros se hacían más evidentes con cada palabra compartida.
De repente, en un momento donde la conexión entre nosotros parecía alcanzar su punto culminante, sin previo aviso, me dejé llevar por la pasión del momento y robé un beso. Fue un gesto espontáneo que quebró la barrera del nerviosismo, sumergiéndonos en un instante de intimidad compartida, donde las emociones se entrelazaron en un delicado equilibrio de deseo y sorpresa.
Desde aquel beso revelador, Jessica compartió conmigo que nunca antes alguien se había atrevido a darle un beso y que, debido a su identidad trans, había enfrentado constantes rechazos. Me estremecí al escuchar que sus experiencias se habían limitado a simples citas, marcadas por la mirada superficial de quienes no lograban ver más allá de su verdadera esencia.
En un gesto de empatía, la abracé, tratando de transmitirle que en ese momento estábamos rompiendo con esos patrones preestablecidos. Le confesé que mi perspectiva también había sufrido una transformación desde que la conocí, y que ella había desafiado y cambiado radicalmente mi paradigma sobre lo que realmente importa en una conexión genuina.
Ella me dijo quebqueria mostrarem su agradecimiento conmingo por tomarla enserio, y se inco ante mi Me quito el pantalón y luego me bajó lentamente el bóxer. Ni bien se dejó ver mi polla toda dura y erecta ella la tomó suavemente con sus manos y comenzó a mover la piel que recubre mi falo, luego la introdujo en su boca y comenzó a mamarla suavemente. Paulatinamente fue aumentando la intensidad de su mamada, yo la veía y era como si se estuviese drogando y no lo pudiese dejar. A mi me producía un placer irresistible, ella succionaba con mucha fuerza y ansia a la vez que movía su cabeza de arriba abajo. Mis manos estaban agarradas del sillón para sujetarme por que sus mamadas me hacían moverme involuntariamente hacia delante, hasta que sentí que mi eyaculacion era inminente. Por el ansia con la que mamaba me pareció obvio que quería que eyaculara en su boca, y así lo hice. Sentí muchísimo placer, su garganta se cerraba a medida que tragaba mi leche, con sus labios y su lengua me presionaba el falo a la vez que succionaba y con sus manos tibias acariciaba mis testículos. Sentí que eyacule mucho, pero no vi ni una sola gota, ella se la tragó toda.
Apsrtir de ese momento mi relación con Jessica florecía Cometamos a salir solos nosotros y pasar tiempo juntos visitándonos en nuestras casas.
Por el medio de sus firmes glúteos. Llegué a su estrecho y rosa agujero. Hermoso, limpio, perfumado, suave, bien cuidado.Estábamos increíblemente excitados.
Tenía todo preparado.Muy suave comencé a empujarla bien adentro. Ella abrió toda su boca exhalando todo el aire de su cuerpo. Se la metí suavemente hasta el máximo. Escuchaba sus gemidos de placer. Yo sentí cómo mi pene invadía su estrecho agujero. Rico,apretado y caliente. Un acogedor recibimiento de su agujero. Empecé a moverla dentro de ella.
Se oía ese rico ruido de roce de nuestros cuerpos.
Ese típico ruidito que da mucho placer.
Le entregaba toda mi hombría concentrada en mi duro garrote. Ella jadeaba con mucha desesperación,Su dulce voz excitada me hacía calentar aún más, no te que su pequeña polla esta semierecta y no paso mas de un minuto y ella eyaculo gimiendo como una loca. Apenas unas gotas de semen, blanca y espesa. Eso me dio a entender que le había dado un orgasmo. Su delicioso y firme culo amortiguaba todas mis duras envestidas.
Después de eso nos quedamos abrasados hasta que nos dormimos, pero antes de dormirme tuve tiempo para reflexionar. La seguía amando a pesar de todo, de echo sentía que la amaba aun más, el sentimiento de amor había sido mas fuerte que el echo de que ella no fuese una mujer enteramente. Me dormí abrasado a ella, era la primera vez que dormía abrasado a alguien
A la mañana siguiente ell no estábamos junto ami, cuando baje a la cosina estaba estaba desnuda con solo un delantal de cosina, preparando el desayuno ver su herirme culo hizo que tenga un erección
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Prueba otras cosas💖
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