Comencé este viaje hace cinco años, creyendo que sería solo un intercambio breve, pero ahora me encuentro atrapado en este cuerpo y vida ajenos. A pesar de tener la apariencia de una mujer de 45 años, tan solo hace cinco era un joven despreocupado de 20. Todo cambió cuando mi madre me instó a buscar trabajo y contribuir al hogar.
Caminando por las calles en busca de empleo, me topé con un anuncio llamativo en un periódico que ofrecía dinero por ser sujeto de prueba en una investigación científica. Sin pensarlo demasiado, decidí darle una oportunidad al llamado 'experimento temporal'.
Con la hoja del periódico en manos, leí la dirección del anuncio y me dirigí a un peculiar laboratorio donde encontré a muchas personas en situaciones similares a la mía. Al sentarme, escuché la explicación del científico sobre un experimento que cambiaría el "punto de vista" de los participantes. Nos entregaron una hoja con un test de compatibilidad que debíamos llenar.
Después de completar el cuestionario y proporcionar todos mis datos, regresé a casa. Pasaron varias horas hasta que finalmente recibí una llamada, notificándome que estaba dentro del proyecto. Me indicaron que volviera a visitar el laboratorio al día siguiente a las 4 pm...
Al día siguiente, mi madre me llevó de nuevo al laboratorio a las cuatro de la tarde, donde me registré. Al llegar, noté a un chico y una chica que habían estado allí el día anterior, saliendo del laboratorio. Poco después, vi llegar a una mujer que aparentaba tener la edad de mi madre. Recordé que también había hablado con los del laboratorio el día anterior.
La mujer se acercó a donde yo estaba sentado y, según las instrucciones del laboratorio, nos dijeron que debíamos hablar y conocernos un poco antes del experimento. Le conté mi nombre y algunos detalles más, y ella hizo lo mismo. Su nombre era Tessa, una mujer de 40 años y divorciada. Hablar con ella me recordó mucho a mi madre.
Después de al menos 15 minutos de conversación con la señora Tessa, una asistente del laboratorio nos indicó que estábamos listos para llevar a cabo el experimento. Nos dirigieron hacia una sala específica donde se llevaría a cabo el procedimiento.
Pronto recibimos una explicación, aunque no presté mucha atención. Respondí afirmativamente, al igual que la señora Tessa. Después de eso, firmamos algunos papeles.
De repente, solo recuerdo un destello que me cegó. No tengo memoria alguna del procedimiento.
Tessa, ahora en mi cuerpo, me entregó mis llaves, mi teléfono y otras pertenencias, mientras yo le daba sus cosas. Sin embargo, ella sugirió que me quedara con su bolso.
Después de esa extraña intervención, solo quería llegar a casa y contarle todo a mamá, además de darle parte del dinero. Se sentía extraño este cuerpo femenino, con senos colgando, el sostén ajustado en mi pecho, la larga cabellera y la ropa interior algo ceñida.
Caminé hasta la salida del laboratorio, aún sintiéndome extraño al usar la aguda voz de Tessa, que no concordaba con la voz de mi mente. Llamé a un taxi que me llevó a casa, mientras me esperaba durante el viaje, noté que este taxista se esforzaba por entablar conversación y me elogiaba sobre mi apariencia. Solo asentí con la cabeza.
Al llegar a casa, me di cuenta de que mi madre aún no había regresado del trabajo. Me senté en la sala, esperando su llegada.
Una media hora más tarde, mi madre llegó, y oí el sonido de sus llaves. Al ver a una mujer de su misma edad en el sofá, se sorprendió. Cuando se acercó, preguntó quién era yo, pero simplemente le dije: "Mamá, soy yo, tu hijo". Incrédula, me pidió explicaciones, y tomándola de las manos, le conté lo que había sucedido en el laboratorio. Le expliqué todo hasta que recordé que tenía una copia del papel del experimento. Después de leerlo, ella comprendió. Solo le dije que quería que esto terminara y le entregué parte del dinero de la paga.
Ella, con una cálida sonrisa, asintió y comentó que a veces ser mujer era complicado, pero también tenía su lado bueno. Señaló unas líneas del documento del experimento que hablaban de "ver la vida como otra persona".
Pronto, mi madre sugirió hacer un chequeo rutinario, como toda mujer debería hacerlo. Siendo ginecóloga, su curiosidad la llevaba a querer examinarme. Me pidió que me desvistiera y que ella preparia la camilla en su habitación para un examen rápido...
Ella se veia emocinada. Por mostrame su trabajo, Pero ahora solo estaba nervioso por tener que desvestirme en frente a mi madre.
Totalmente desnuda, fue la primera vez que vi el cuerpo de la señora tessa totalmente desnuda, su cuerpo eata bien parabuna mujer dubsu edad... lugp de esa mirada me fio con mi madre, Me acomodé en la camilla y abrí mis piernas, colocándolas sobre unos soportes que las mantenían totalmente separadas y dejando toda mi intimidad al descubierto.Se puso unos guantes de látex y se ubicó entre mis piernas, sentándose en una pequeña silla giratoria diseñada para este tipo de procedimientos. Se trataba de un examen rutinario, de esos breves en los que solo realizan una exploración táctil.
Con su encantadora expresión, menciona: "No eres virgen".Ambas nos reímos, aliviando la tensión del momento con una risa compartida.
Pronto me dio su diagnóstico, mencionando que todo estaba sano y en buen estado. Agregó que la señora Tessa tenía una vida sexual bastante activa y sobretodo me dio a entender que tenía sexo por la puerta trasera...Además, agregó que, debido a la cicatriz en el vientre, Tessa había estado embarazada al menos una vez, y también notó el implante hormonal reciente en el brazo. Cosas que concordaba con la lo que tessa me había dicho hoy.
Después de eso, mi madre sugirió que tomara una ducha mientras ella me buscaba algo de ropa.
Ella tenía bastante ropa nueva que no usaba, así que me dio algunas prendas y me prestó un camisón. Aún me costaba acostumbrarme al balanceo de mis senos, especialmente al dormir.
A la mañana siguiente, seguía sin sentirme completamente cómodo en este cuerpo. Pasé todo el día mirando televisión para distraerme, pero a veces me daba curiosidad seguir examinando mi cuerpo. Sin embargo, la mayor parte del tiempo solo quería que todo esto terminara.
Durante los siguientes días, mi situación seguía siendo así, hasta llegar al fin de semana en que debía entregar mi primer informe sobre este cuerpo. Expresé que no me sentía del todo cómodo. Mi madre me ayudó a grabar mi testimonio semanal en video.
Después de esa grabación, durante la cena, anunció que tomaríamos unas vacaciones de su trabajo y que sería mi guía en este mundo femenino. Yo, con cara de incredulidad, le dije que me daba igual. Ella sonrió y dijo: "Pues empecemos con la noche de chicas..."
Durante la siguiente semana, mi madre estuvo a mi lado, respondiendo todas mis dudas sobre este cuerpo. Me daba consejos e incluso sabía qué hacer cuando experimenté la menstruación. Era algo peculiar que mi madre me enseñara estas cosas.
También me ayudaba a aprender a usar cada cosmético, y en parte fue divertido. Nos fuimos juntas al spa y al salón de belleza. Incluso hacíamos tratamientos faciales desde casa mientras veíamos una comedia romántica. La segunda semana, gracias a la ayuda de mi madre, comencé a adaptarme mejor.
Durante esa semana, una sensación extraña se apoderó de mi cuerpo: unos bochornos insoportables me agobiaban, sin importar cuántas duchas con agua fría me diera. Desesperado, con un poco de vergüenza, me acerqué a mi madre y le conté mis síntomas. Ella simplemente respondió: "Tócate". Me sonrojé de inmediato.
Esas nuevas sensaciones fueron un descubrimiento constante. A medida que pasaban los días, aprendí más sobre mi propio cuerpo y experimenté una conexión única con las experiencias que solo una mujer podría tener. Aunque inicialmente me sentía incómodo, con el tiempo fui aceptando y entendiendo este viaje inesperado. Con el apoyo de mi madre, cada día se volvía una oportunidad para aprender y crecer en esta nueva perspectiva de vida.
La tercera semana no fue muy diferente a la segunda, ya que con mi madre me sentía mejor. Nuestra relación parecía más de buenas amigas que de madre e hijo.
Esa tercera semana, ella me propuso hacer algo diferente: salir a algún bar y divertirnos. Con cierta incertidumbre, acepté. Esperamos al fin de semana, nos arreglamos juntas y salimos el sábado por la noche. Ella lució uno de sus mejores vestidos y unos inapropiados tacones. Me ayudó con el maquillaje y nos dirigimos al centro de la ciudad.
No pude evitar notar cómo las miradas se posaban sobre nosotras. Pronto, muchos hombres se acercaron para hablarnos. Mi madre y yo disfrutamos de las bebidas y la música, pero rechazamos los avances de los hombres. Fue una noche maravillosa; aunque ya había salido a bares antes, esta experiencia como mujer se sentía diferente y mejor.
Hasta que entró un tipo que captó mi atención, venía con un amigo, pero mi interés se centró en este hombre más alto que yo, calculo que mediría 1.80 metros. Se sentaron y pidieron una botella de tequila y cervezas. Aunque me miró, lo hizo con indiferencia, como si viera a cualquier chica. Esto generó en mí una mezcla de ira y atracción, ya que no me veía como a los demás.Mientras su amigo intentaba cortejar a mi madre, él se sentó a mi lado. De inmediato, me puse nerviosa.
Si fría indiferencia hacia mi hacia que la panties se me mojaran, no pide soportar más y salí bajo el pretexto de tomar aire fresco, pase unos 2 minutos hasta que se ti jn palma en mi hombro era ese hombre, ajn se acercó a mí odo y dijo ya sabes que hacercln su mano aun en mi hombro me puso de rodillas
Tenis su pene delante de mí. Estaba muy cachonda, no sabía que me pasaba pero algo me decía que debia tener eso en la boca.
Abrí mi boca y mietras lo miraba a los a los ojos, el introducía su minero en hasta el fondeo de mi garganta, lo sé ti bastante natural in cluso no tenía el reflejo de las arcadas
Empecé a succionaba su pene con mi boca y él me avisó de que iba a terminar. En lugar de apartarme solo lo mentí hasta el fondo de mi hasta que sentí como le salía todo y se quedaba dentro de mi boca, eranuna gran carga no pude evita no trgarame algo de eso, tengo que decir que sabía bien, no me lo esperaba, era agradable al gusto no senti asco como si este boca ya estuvieraacostumbtadp a este sabro. De Inmediato oi la voz de mi mamá llamandome, con todo su semen en mi boca entre corriendo de nuevo al bar iba al baño a escupirlo y enjuagarse un poco la boca
Cuando lo escupí en el lavabo me miré en el espejo y pensé "soy más puta de lo que pensaba", pero sinceramente, me encantó, y desde entonces solo pienso en repetirlo... pero la niebla voz de madre me saco de ese trance sople y sentí que mi aliento tenía más olor a semen que a alcohol, selle mis labios hasta llegar a casa... mi madre pass un poco de.copas me pregunto si me divertí a lo que asentí con la cabeza, inmediatamente me fui a lavar la boca...
Después de esa experiencia, mi confianza en este cuerpo había crecido. Me sentía más cómodo siendo una mujer y quería vivir más experiencias. Mi madre volvió a su trabajo, así que me quedé en casa sola para explorar mi nueva vida durante esa semana.
Mientras grababa mi último testimonio al final de la semana 4, revelé a mi madre que sentía una profunda conexión con este cuerpo y que quería continuar viviendo como una mujer. Las lágrimas se escaparon de mis ojos al expresar lo feliz que me había sentido y lo difícil que sería devolver esta identidad que había adoptado.
Después de confesar mis sentimientos, mi madre me escuchó con comprensión y apoyo. Sin embargo, recordó que el acuerdo firmado durante el experimento comprometía mi regreso a mi cuerpo original. A pesar de mi deseo de seguir siendo feliz en esta nueva identidad, la realidad del compromiso adquirido durante el experimento aún pesaba en mi decisión.
Muy pronto llegó el día acordado. La noche anterior, hice de todo junto con mi madre y, al caer la noche, me escapé de casa para tener una aventura íntima con el vecino de alado...
Justo llegó el día, me había preparado para entregar este cuerpo a su legítima dueña, Tessa. Mientras esperaba en el auto a que mi madre terminara una llamada, reflexionaba sobre cómo sería mi vida después de esta experiencia. Todo se sentía extraño, sabiendo que fui otra persona por unas semanas.
Mi madre terminó la llamada, se subió al auto y me dijo: "¿Lista, querida?" Asentí con la cabeza. Arrancó el auto y nos fuimos. Cuando estábamos apunto de llegar al laboratorio, mi madre siguió de largo, sin saber cómo ni por qué. Le dije que ya habíamos pasado el laboratorio, pero ella sonrió y dijo: "No vamos al laboratorio, querida... Este es tu sueño."
Luego me preguntó sobre mi francés, y con cierta incomodidad le respondí que "un poco". De repente, llegamos al aeropuerto. Se estacionó, sacó un pasaporte y un boleto de avión de la guantera. Destino: Francia. Del maletero del auto sacó un par de maletas con la ropa que me había dado en estas últimas semanas.
Pronto entramos al aeropuerto y mi vuelo era el siguiente. Mi madre me dijo: "Vive tu vida, amor. Sé feliz. No te preocupes, al llegar a París, una amiga te recogerá y te dará hospedaje. Solo no te acuestes con su esposo, ¡jajaja!" Me sonrojé. Mi madre conocía mi secreto y me estaba ayudando a vivir esta nueva vida.
Antes de abordar el vuelo, reviví una llamada del laboratorio junto con varios mensajes de texto solicitando mi presencia para revertir el cambio. Simplemente tiré mi teléfono a la basura y abordé el avión, decidida a seguir adelante con mi nueva vida en Francia.
Han pasado 5 años desde ese momento crucial en el que decidí embarcarme en una nueva vida en Francia, y hoy es un día especial. Mi madre, o debo decir mi nueva hermana, vendrá de visita.
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Una peque historia
que increíble, ojalá puedas continuar esta historia o escribir unas similares
ResponderEliminarWow, que buena historia, de las mejores que has hecho
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