馃棷RECUERDEN QUE SUBIMOS DE 3 A 4 CAP, CADA FIN DE SEMANA 馃棷

s谩bado, 31 de agosto de 2024

El trabajo de su vida

 Me llamo Dr. Morgan, y frente a m铆 yace la culminaci贸n de a帽os de trabajo, experimentaci贸n y visi贸n: Juliette. 


A simple vista, cualquier hombre la considerar铆a una obra de arte viviente. Su largo cabello cae como seda oscura sobre sus delicados hombros, su piel brilla como porcelana fina, y cada curva de su cuerpo parece esculpida para seducir. Pero lo que nadie sabe, lo que solo yo conozco, es que antes de ser esta mujer perfecta, Juliette era un chico com煤n del vecindario, un joven insignificante llamado Julian.

Lo vi por primera vez hace dos a帽os, un joven delgado y desgarbado, sin prop贸sito ni ambici贸n. Caminaba por las calles como una sombra, intentando pasar desapercibido. Pero yo vi algo en 茅l, una chispa, una oportunidad para mi proyecto m谩s ambicioso. El Compuesto V, tambi茅n conocido como “Venus”, era una creaci贸n revolucionaria, una f贸rmula capaz de alterar cada c茅lula del cuerpo y la mente. Y Julian ser铆a mi lienzo.

El proceso comenz贸 poco a poco. Al principio, Julian no notaba nada fuera de lo com煤n, excepto una ligera calidez en su piel despu茅s de cada inyecci贸n. Sin embargo, el cambio era inminente. La piel que alguna vez fue 谩spera y descuidada comenz贸 a suavizarse, a volverse aterciopelada al tacto. Pronto, el vello que cubr铆a sus brazos y piernas desapareci贸 por completo, dejando un cuerpo liso y femenino.

Pero eso solo fue el comienzo.

Despu茅s de la tercera dosis, las caderas de Julian empezaron a ensancharse de forma dram谩tica, su cintura se redujo hasta volverse una l铆nea delicada, y sus gl煤teos se redondearon con una perfecci贸n casi exagerada. La transformaci贸n avanzaba r谩pido, implacable. No era solo el cuerpo lo que cambiaba. El Compuesto V trabajaba tambi茅n en su mente, moldeando su percepci贸n, reescribiendo su identidad.

Recuerdo el d铆a en que sus pechos empezaron a formarse. Julian, en ese punto ya atrapado entre dos mundos, observaba incr茅dulo c贸mo su torso se redondeaba, c贸mo sus pezones se oscurec铆an y se volv铆an m谩s sensibles.

 La incomodidad inicial dio paso a una aceptaci贸n resignada, y luego, a una extra帽a fascinaci贸n. Pronto, no pudo resistirse a tocarse, a explorar su nuevo cuerpo. Sus manos temblorosas recorr铆an sus curvas reci茅n adquiridas, sintiendo c贸mo cada cent铆metro de su piel respond铆a con una nueva sensibilidad.

"Esto no est谩 bien... esto no soy yo", murmuraba Julian al principio, pero cada d铆a que pasaba esas palabras se volv铆an m谩s d茅biles, m谩s distantes. El Compuesto V no solo transformaba su f铆sico, sino que borraba su antigua identidad, reemplaz谩ndola con una nueva. Juliette, la mujer que yo hab铆a creado, comenzaba a florecer.

Un d铆a, lo vi prob谩ndose ropa frente al espejo, t铆midamente al principio, como si a煤n recordara qui茅n sol铆a ser. Se puso un vestido rosa ajustado, uno que resaltaba sus  curvas, y se mir贸 largo rato en el espejo. La duda en sus ojos se desvanec铆a lentamente, cada paso que daba en esos tacones de aguja que alguna vez consider贸 tortuosos, era un paso m谩s hacia la aceptaci贸n.


Julian hab铆a desaparecido. En su lugar, solo quedaba Juliette, una mujer que no solo era hermosa, sino que encarnaba la sumisi贸n y la femineidad en su forma m谩s pura. Hab铆a aprendido a caminar con gracia, a sonre铆r de manera encantadora, y sobre todo, a servir sin cuestionar. En cada interacci贸n, Juliette mostraba una devoci贸n absoluta hacia m铆. Era como si todo lo que hac铆a estuviera destinado a complacerme.

Recuerdo una noche en particular. La vi en la cocina, preparando la cena con una delicadeza que solo una mujer verdaderamente refinada podr铆a tener. Cada movimiento era meticuloso, desde c贸mo picaba las verduras hasta la forma en que se inclinaba a sacar mas cosas de la nevera.


 Era perfecta, sumisa, y su mirada siempre estaba llena de una mezcla de gratitud y adoraci贸n. "¿Te gusta c贸mo me veo, querido?" pregunt贸 con una voz suave, mientras giraba sobre sus tacones altos, mostr谩ndome su figura en atuendo que yo mismo le hab铆a elegido.


Era una pregunta ret贸rica. Claro que me gustaba. La hab铆a creado para que me gustara, para ser todo lo que un hombre podr铆a desear. Y lo m谩s importante, lo sab铆a. Sab铆a que hab铆a nacido para servir, para ser deseada y utilizada.Algunos podr铆an llamarlo un acto monstruoso, una violaci贸n de la naturaleza. Pero ¿qu茅 es la naturaleza comparada con el poder de la ciencia? Juliette, mi creaci贸n, no es simplemente una mujer. Es la encarnaci贸n de la perfecci贸n femenina, y todo gracias al Compuesto V.

 Ya no es Julian, ni lo ser谩 jam谩s. Ahora es mi esposa perfecta, mi creaci贸n inmortalizada en cada curva, en cada susurro dulce que sale de sus labios pintados de rojo.

Y no hay vuelta atr谩s.

viernes, 30 de agosto de 2024


Incre铆ble, todo el mundo me mira. Todas estas modelos y esposas trofeo, pero el exnovio se lleva toda la atenci贸n. Sol铆a odiar ir a bailes y eventos p煤blicos; era una tortura aut茅ntica para m铆, una responsabilidad de la que no pod铆a escapar por culpa de mis padres. Me insist铆an constantemente en que asistiera, record谩ndome la importancia de las conexiones y las apariencias.


Recuerdo c贸mo me sent铆a atrapado en esos eventos, sofocado por el traje que llevaba, una camisa de fuerza glorificada que restring铆a cada movimiento. La corbata apretada alrededor de mi cuello era una soga que siempre sent铆 que estaba a punto de estrangularme. Las conversaciones eran vac铆as, los saludos forzados, y las miradas de reojo solo me recordaban lo poco que encajaba en ese mundo de lujo y poder. Odiaba cada segundo.



Pero ahora... ahora todo es diferente. Siento la libertad en cada respiraci贸n, el poder de mi nueva feminidad. Cada vez que mi pecho se eleva, s茅 que todas las miradas se posan en mis preciosos senos, los cuales resaltan a煤n m谩s bajo el vestido que eleg铆 meticulosamente para esta ocasi贸n. La seda acaricia mi piel, record谩ndome con cada roce lo suave y delicada que me he vuelto. ¡Esto es vivir! Siempre supe que haber nacido en una familia rica era una bendici贸n, pero solo cuando mi padre me ofreci贸 acceso al procedimiento experimental de modificaci贸n gen茅tica, entend铆 el verdadero poder de esa riqueza. Cambi茅 no solo de sexo, sino que mi cuerpo entero se transform贸 de una manera dr谩stica y emocionante. 


Al principio, estaba llena de inseguridades. ¿C贸mo ser铆a vivir como mujer? ¿C贸mo me ver铆an los dem谩s? ¿C贸mo me sentir铆a conmigo misma? Pero esos temores pronto se desvanecieron. La vida como mujer ha sido mucho m谩s divertida de lo que jam谩s imagin茅. Los tacones altos que una vez me parecieron imposibles de manejar, ahora son una extensi贸n natural de mi cuerpo. El maquillaje, una barrera misteriosa que nunca entend铆, se ha convertido en una herramienta poderosa que uso para realzar mi belleza y proyectar una imagen de seguridad y encanto.


Sentir las miradas de todos estos chicos sobre m铆, ver c贸mo se detienen un momento m谩s de lo necesario para apreciar mi figura, provoca un hormigueo en mi interior que nunca antes hab铆a experimentado. Es una sensaci贸n embriagadora, un poder silencioso que me recorre y que apenas estoy comenzando a comprender. 



El mundo est谩 a mis pies, y con este cuerpo, no hay l铆mites para lo que puedo explorar. Sonr铆o, sabiendo que la noche apenas comienza, y con ella, las posibilidades de descubrir nuevos placeres, de jugar con mi poder, de disfrutar cada segundo de esta nueva vida. 


¡Es hora de sumergirme en esta nueva realidad y divertirme de verdad con lo que soy ahora!



domingo, 25 de agosto de 2024

 Mi padre estaba desesperado. Su novia lo hab铆a dejado de la nada, justo antes de la cena de negocios m谩s importante de su carrera. Estaba desesperado. Sab铆a que asistir solo lo har铆a ver d茅bil, vulnerable, y la competencia no dudar铆a en aprovecharse de eso. Cuando me pidi贸 ayuda, supe que no bastaba con encontrarle una cita com煤n y corriente. Necesitaba a alguien que lo acompa帽ara y que dejara a todos boquiabiertos.

As铆 que, en un impulso, le asegur茅 que conoc铆a a la mujer perfecta para la ocasi贸n. "Pap谩, no te preocupes", le dije con una confianza que no sent铆a. "Tengo a alguien en mente. Te confirmar茅 esta noche."

Con eso, comenc茅 a poner en marcha un plan loco. Mi novia, siempre curiosa y dispuesta a experimentar, ten铆a acceso a un compuesto experimental llamado V. Me lo mostr贸 con una sonrisa traviesa y me dijo: "¿Est谩s seguro de esto? Porque si lo haces, estaras asi durante 72 horas." Asent铆. Si esto pod铆a salvar a mi padre, estaba dispuesto a intentarlo.


Una vez que tom茅 el compuesto, sent铆 una oleada de calor recorrer mi cuerpo. Mis huesos crujieron y se realinearon, mi piel se volvi贸 suave como la seda, y mis rasgos se volvieron delicados y femeninos. En cuesti贸n de minutos, mi reflejo en el espejo era el de una mujer impresionante. 



Mi novia no perdi贸 tiempo y comenz贸 a vestirme. "Este vestido es perfecto para ti", dijo mientras sacaba un vestido negro ce帽ido que apenas llegaba a mitad de mis muslos. "Resalta todo lo que tienes." La tela se pegaba a mis nuevas curvas, dejando al descubierto un generoso escote que mostraba m谩s de lo que yo hubiera deseado. 

"¿Est谩s segura de esto?", le pregunt茅, sinti茅ndome nervioso por primera vez al ver mi reflejo. "Es... un poco demasiado, ¿no?"

"Conf铆a en m铆, cari帽o. Los hombres no podr谩n quitarte los ojos de encima", respondi贸 con una sonrisa. Luego, de manera casual, meti贸 unos condones en mi bolso. "Por si acaso", brome贸, pero hab铆a un brillo en sus ojos que me hizo sentir una mezcla de anticipaci贸n y temor.


Ahora  ya lista le mande un mensaje  a mi padre dici茅ndole que le tenia una cita y que la encontria en el restaurante 

Finalmente, me encontr茅 con mi padre en la entrada del restaurante. Estaba impecable en su traje, pero su mirada era ansiosa. Cuando me vio, se qued贸 sin palabras. "Nicole", me present茅, alargando una mano, sinti茅ndome extra帽amente poderosa en este nuevo papel. "Encantada de conocerte."

Mi padre, a煤n desconcertado, tom贸 mi mano. "Eres... realmente impresionante", balbuce贸, y pude ver el alivio en sus ojos. Para 茅l, yo era la salvaci贸n.

Durante la cena interpret茅 el papel de "Nicole", la atractiva y encantadora novia trofeo., me asegur茅 de interpretar bien mi papel. Re铆, coquete茅 sutilmente y juguete茅 con mi cabello cada vez que los hombres me lanzaban miradas. Pero debajo de esa fachada, estaba luchando con nuevas sensaciones. Cada vez que cruzaba las piernas, sent铆a un hormigueo que sub铆a por mi cuerpo, y mis pezones, visibles a trav茅s de la delgada tela, se endurec铆an con la m铆nima provocaci贸n. 

Peor a煤n, una c谩lida humedad se acumulaba entre mis piernas. Me di cuenta, con horror, de que mi cuerpo femenino estaba respondiendo de maneras que nunca hab铆a anticipado.

"Nicole, ¿todo bien?", me pregunt贸 mi padre, preocupado por mi repentina distracci贸n.

"S铆, s铆... solo estoy un poco acalorada", respond铆 con una sonrisa forzada, tratando de calmarme. 

La cena fue un 茅xito. Mi padre recuper贸 su confianza, y los otros empresarios quedaron impresionados Los hombres se acercaban, uno tras otro, intentando impresionarme. Pero el verdadero desaf铆o lleg贸 despu茅s, cuando decidimos continuar la noche en un bar cercano. El alcohol corri贸 libremente, y yo, sinti茅ndome cada vez m谩s desinhibido, me dej茅 llevar. . Pero despu茅s de varias copas, la noche se volvi贸 una neblina.

La ma帽ana siguiente fue un shock.  


La luz del sol me golpe贸 el rostro y Me despert茅 en una cama extra帽a, sintiendo una pesadez en mi cuerpo que no reconoc铆 de inmediato. Al girar la cabeza, mi coraz贸n se detuvo. Un hombre, desnudo, dorm铆a a mi lado. Mir茅 a mi alrededor, tratando de recordar, pero todo era un vac铆o. Cuando me incorpor茅, sent铆 el dolor en mi cuerpo, y al mirar hacia el suelo, vi los preservativos usados, desparramados por el suelo, llenos de semen. Me llev茅 las manos a la cara, horrorizado. "Oh, no... ¿qu茅 hice?"


Entonces, el hombre se movi贸, murmurando en sue帽os. le mire el rostro  era mi padre...

Me qued茅 parlizada, sin saber qu茅 hacer. Todo lo que hab铆a pasado la noche anterior cobr贸 sentido de golpe, y el miedo se apoder贸 de m铆. Sent铆 una mezcla emociones que no pod铆a negar. Solo tome mis cosas para marcharse, hora solo tenia que llegar a casa y espero  que efecto de este compuesto termine...


Cuando llegue a casa mi nivoa me pregunt贸 " como estubo todo?"... yo solo respondi " pasaron unos cosas raras pero no quiero hablar  de eso ahora"

s谩bado, 24 de agosto de 2024

Una mas de la damas

 


En un vecindario suburbano, donde las casas estaban alineadas perfectamente y los jardines siempre bien cuidados, viv铆a Mateo, un joven de 22 a帽os que compart铆a hogar con su madre, Clara. Desde que su padre hab铆a fallecido, ellos dos hab铆an formado una rutina sencilla. Mateo era un chico com煤n y corriente, aficionado a los videojuegos, las pel铆culas de acci贸n, y las tardes de f煤tbol con los amigos. Pero en los 煤ltimos meses, algo en 茅l comenz贸 a cambiar, algo que no pod铆a explicar.


Todo comenz贸 con peque帽os detalles: una curiosidad inexplicable por los programas de moda que su madre ve铆a, un inter茅s inesperado en los perfumes que ella usaba, y una sensaci贸n de bienestar al estar rodeado de las conversaciones banales de las amigas de su madre. No le prest贸 mucha atenci贸n al principio, pero pronto not贸 que su cuerpo tambi茅n estaba cambiando. Sus rasgos se suavizaron, su piel se volvi贸 m谩s tersa, y su figura comenz贸 a adquirir curvas que, aunque sutiles, eran inconfundibles.


Conforme pasaban las semanas, los cambios se aceleraron. Sus manos se volvieron delicadas, sus caderas se ensancharon, y su pecho comenz贸 a abultarse de manera notoria. Mateo, confuso y asustado al principio, intent贸 esconder los cambios usando ropa holgada, pero no pod铆a ignorar la realidad: se estaba transformando en una mujer, lenta pero inexorablemente. Lo que m谩s le sorprendi贸 no fue el cambio f铆sico, sino su propia aceptaci贸n interna de lo que estaba sucediendo. Sent铆a una extra帽a paz al verse al espejo, una sensaci贸n de plenitud que nunca antes hab铆a experimentado.


Clara, su madre, not贸 estos cambios y, en lugar de alarmarse, decidi贸 apoyarlo. En su coraz贸n de madre, comprendi贸 que Mateo se estaba convirtiendo en algo nuevo, algo que necesitaba ser guiado y moldeado. As铆 que, un d铆a, lo llam贸 a su habitaci贸n y le dijo con una sonrisa c谩lida: "Hijo, o mejor dicho, hija, es hora de que te ense帽e a ser una dama".


A partir de ese d铆a, Clara se convirti贸 en la maestra y gu铆a de Mateo, que ahora comenzaba a responder al nombre de Mariana. Le ense帽贸 c贸mo maquillarse con precisi贸n, c贸mo delinear sus labios y resaltar sus ojos. Le mostr贸 c贸mo caminar con gracia en tacones altos, c贸mo balancear sus caderas al andar, y c贸mo mantener una postura elegante y femenina. Mariana absorb铆a cada lecci贸n con entusiasmo, perfeccionando cada detalle. Descubri贸 que le encantaba peinarse de diferentes formas, probando estilos que iban desde un mo帽o sofisticado hasta ondas sueltas que ca铆an sobre sus hombros.

Su transformaci贸n f铆sica tambi茅n se aceler贸, hasta que un d铆a, al mirarse en el espejo, vio a una mujer madura, con una belleza serena y confiada. Sus curvas eran ahora prominentes, su busto lleno y redondeado, y su rostro irradiaba una feminidad natural. Hab铆a dejado atr谩s a Mateo por completo, abrazando su nueva vida como Mariana.





Pero no solo era la apariencia lo que Mariana aprendi贸. Clara tambi茅n le ense帽贸 las tareas del hogar: c贸mo cocinar platos deliciosos, c贸mo doblar la ropa con perfecci贸n, y c贸mo decorar la casa para que siempre estuviera acogedora. Mariana, que alguna vez hab铆a despreciado estas tareas como triviales, ahora las disfrutaba, sintiendo una extra帽a satisfacci贸n al ver el resultado de su trabajo.


Una tarde, mientras Mariana practicaba su maquillaje en el espejo, su madre entr贸 al cuarto. Mariana la mir贸, su rostro iluminado por una sonrisa radiante. "Mam谩," dijo suavemente, "nunca pens茅 que me sentir铆a tan... completa haciendo esto. Es como si finalmente todo tuviera sentido."


Clara se acerc贸 y le acarici贸 el cabello. "Es porque siempre fuiste as铆, hija, solo que ahora est谩s mostr谩ndolo al mundo. Y estoy tan orgullosa de la mujer que te has convertido."


Pronto, Mariana comenz贸 a acompa帽ar a su madre a las reuniones con sus amigas del vecindario.


Al principio, se sinti贸 un poco fuera de lugar entre las damas, todas mayores que ella y con a帽os de experiencia en la vida que ahora comenzaba a experimentar. Pero poco a poco, se fue integrando al grupo. Las conversaciones, que inicialmente le parec铆an superficiales, se volvieron fascinantes. Hablaban de moda, de relaciones, de las peque帽as y grandes cosas que conforman la vida diaria de una mujer adulta.


Entre risas y chismes, Mariana se transform贸 en una de ellas. Empez贸 a adoptar sus costumbres, sus man铆as, e incluso sus preocupaciones. 

En el fondo, sin embargo, algo m谩s se agitaba en su coraz贸n. Desde hac铆a alg煤n tiempo, Mariana hab铆a empezado a fijarse en el vecino de al lado, un hombre de unos cincuenta a帽os que viv铆a solo con sus dos hijos adolescentes. Era un viudo amable y atractivo, siempre dispuesto a ayudar en lo que fuera necesario. Cada vez que se cruzaban, Mariana sent铆a un cosquilleo en su interior, una mezcla de nerviosismo y atracci贸n.


Las amigas de su madre no tardaron en notar esta atracci贸n y la animaron a dar el primer paso. "Si te hace feliz, querida, no dejes que nada te detenga", le dec铆an con una sonrisa c贸mplice. Mariana, influenciada por el consejo de las damas, decidi贸 arriesgarse. Empez贸 a pasar m谩s tiempo con 茅l, encontrando excusas para visitarlo y ofrecerle su ayuda. Pronto, lo que comenz贸 como una amistad se convirti贸 en algo m谩s.


Finalmente, el viudo la invit贸 a salir a cenar en una cita formal. Mariana, nerviosa pero emocionada, acept贸. Se prepar贸 con esmero: un vestido azul floreado que resaltaba sus curvas, tacones altos, y un maquillaje que acentuaba su belleza. 



La cita fue perfecta. Disfrutaron de una comida deliciosa, conversaron sobre la vida, los sue帽os, y el futuro. Al final de la noche, 茅l la llev贸 a un elegante hotel, donde ambos se entregaron a la pasi贸n que hab铆an estado conteniendo. Mariana experiment贸 por primera vez lo que era ser mujer en toda su plenitud. Ambos disfrutaron de una noche intensa de sexo, llenos de deseo y conexi贸n, y amanecieron juntos, abrazados, en la cama del hotel.



Cuando Mariana se reuni贸 con las amigas de su madre en su siguiente encuentro, no pudo evitar compartir su experiencia. "Chicas, no van a creer lo que pas贸 en mi cita," dijo con una sonrisa p铆cara, mientras las otras mujeres la miraban con curiosidad. "Pasamos la noche juntos... y fue maravilloso."


Las damas se quedaron boquiabiertas por un momento, antes de estallar en risas y felicitaciones. "¡Vaya, Mariana! Parece que te has convertido en toda una mujer de verdad," dijo una de ellas con un gui帽o.


El romance entre Mariana y el viudo floreci贸 r谩pidamente. Se convirtieron en inseparables, compartiendo cenas, paseos por el vecindario, y largas charlas al anochecer. Mariana descubri贸 una nueva faceta de s铆 misma, una que disfrutaba de la compa帽铆a masculina, que anhelaba ser cuidada y amada. A medida que su relaci贸n se consolidaba, Mariana se mud贸 con 茅l, dejando la casa de su madre para empezar una nueva vida como su esposa.



Ahora, Mariana era oficialmente una de las damas del vecindario. Su vida estaba completa: ten铆a un hogar que cuidar, hijos a los que guiar, y un esposo al que complacer. Durante el d铆a, se ocupaba de las tareas del hogar, manteniendo la casa impecable y acogedora. En las tardes, se reun铆a con las otras damas para tomar el t茅, charlar y compartir consejos. Y por la noche, se entregaba por completo a su esposo, complaci茅ndolo y disfrutando de la intimidad que compart铆an.




As铆, Mariana, quien alguna vez fue un Chico, encontr贸 su lugar en el mundo. Se hab铆a transformado completamente en una mujer madura, realizada y feliz. Su vida ahora giraba en torno a su familia, sus amigas, y su hogar, viviendo como una m谩s de las damas del vecindario, con la satisfacci贸n de haber encontrado su verdadera identidad.

viernes, 23 de agosto de 2024

Vida virtual. (Dawn)



Karina se mov铆a por la cocina con la agilidad de una mujer que hab铆a hecho de su hogar su reino. Esa ma帽ana, hab铆a elegido un vestido azul que se aferraba a cada curva, destacando su voluptuosa figura de una manera casi provocativa. 


El tejido del vestido se estiraba sobre sus grandes senos, cuyos pezones se marcaban levemente a trav茅s de la tela, ya que hab铆a optado por no usar sost茅n. Sent铆a el peso de sus pechos balance谩ndose con cada movimiento, Sus tacones altos resonaban en el suelo, un clic-clac r铆tmico que acompa帽aba su andar decidido mientras sus caderas amplias se mec铆an con un ritmo natural, acentuando su andar sinuoso.


En la encimera, los ingredientes estaban dispuestos meticulosamente, listos para ser transformados en una comida casera que sus hijas y esposo adorar铆an. Cada vez que se inclinaba para tomar algo, sent铆a la presi贸n del vestido contra su trasero generoso, una sensaci贸n que sol铆a disfrutar, pero que ahora la hac铆a sentir extra帽amente inc贸moda, como si algo no encajara del todo.


Afuera, el sol brillaba intensamente, ba帽ando el patio en una luz c谩lida donde sus hijas jugaban despreocupadas, sus risas llenando el aire. La escena era tan id铆lica que Karina no pudo evitar sonre铆r, aunque una peque帽a inquietud comenzaba a formarse en el fondo de su mente. Entonces, escuch贸 la puerta principal abrirse y cerrarse con un suave golpe, seguido por el sonido de pasos firmes. Su esposo hab铆a llegado a casa. 脡l se acerc贸 a ella por detr谩s, envolviendo su cintura con sus brazos fuertes y d谩ndole una palmada juguetona en su trasero antes de besarla profundamente. Karina respondi贸 al beso, sintiendo una oleada de placer y familiaridad que la envolv铆a. Era todo tan perfecto, tan incre铆blemente perfecto, que le resultaba dif铆cil creer que algo pudiera estar mal.


Pero en ese instante, una grieta se abri贸 en su mente, y con ella, su verdad emergi贸 como un rayo desgarrador. Karina se detuvo, el beso de su esposo a煤n c谩lido en sus labios, y de repente record贸: ella no era Karina. No era la devota esposa y madre de tres hijas. No era la mujer que sent铆a ese profundo amor por su hogar y su familia. No, ella era Jared, un joven de 23 a帽os que, hace lo que parec铆a una eternidad, hab铆a decidido probar un simulador de vida en realidad virtual. Al principio, solo hab铆a querido experimentar algo diferente, algo divertido. Pero el juego lo hab铆a atrapado, arrastr谩ndolo tan profundamente en este mundo virtual que hab铆a olvidado qui茅n era en realidad.


El horror se apoder贸 de 茅l cuando comprendi贸 cu谩n lejos hab铆a llegado. 

Todo se sent铆a tan real: el peso de sus senos, tan pesado y presente, como si siempre hubieran sido parte de su cuerpo; la ropa interior femenina, perfectamente ajustada a sus formas, envolvi茅ndolo en una cotidianidad que jam谩s hab铆a conocido; la ausencia de su pene, un vac铆o que lo desorientaba cada vez que intentaba ajustar su postura. Su cabello largo rozaba suavemente su cuello cada vez que giraba la cabeza, y pod铆a sentir el viento movi茅ndolo con delicadeza, como si cada hebra tuviera vida propia. El aroma de la comida cocin谩ndose, la textura del vestido sobre su piel, y el toque de su esposo en su cintura… todo era tan tangible, tan inmersivo, que por momentos, Jared se olvidaba de que todo era falso.


El peor de los terrores, sin embargo, no ven铆a solo de la confusi贸n f铆sica, sino de las emociones y experiencias que hab铆a vivido como Karina. Hab铆a hecho cosas que nunca se habr铆a imaginado como Jared. 

Record贸 c贸mo se hab铆a dejado llevar por el placer, c贸mo su cuerpo hab铆a respondido al toque de su esposo, c贸mo hab铆a gemido de placer cuando la penetr贸 por primera vez. Su vagina, algo que no deber铆a existir, le hab铆a dado una satisfacci贸n que lo dejaba at贸nito y aterrorizado. Incluso hab铆a sentido la intensidad del sexo anal, algo que nunca hab铆a considerado antes, y para su horror, hab铆a disfrutado de cada segundo. Hab铆a chupado el pene de su esposo, sintiendo su dureza en su boca, el sabor del semen cuando termin贸… y lo hab铆a disfrutado.



Jared, ahora atrapado en esta simulacion, se sent铆a ahogado por la realidad virtual que lo rodeaba. Sab铆a que su esposo, sus hijas, su casa, todo era solo una simulaci贸n, una ilusi贸n creada por unos y ceros, pero la intensidad de las sensaciones, la autenticidad de las emociones, lo manten铆an prisionero.

pero lo m谩s aterrador de todo era que Jared sent铆a que Karina se hac铆a m谩s real, mientras 茅l se desvanec铆a poco a poco en las sombras de su propia mente. ¿C贸mo podr铆a escapar, si cada fibra de su ser comenzaba a creer que esta vida, esta aterradora y perfecta vida, era suya?


El temor se apoder贸 de 茅l cuando se dio cuenta de que el juego no ten铆a una opci贸n de salida visible. Estaba atrapado, y cada vez m谩s, comenzaba a aceptar que tal vez, solo tal vez, esta era su nueva realidad. Y lo peor de todo era que, en lo profundo de su ser, una peque帽a voz comenzaba a susurrar que quiz谩s… no quer铆a escapar...

domingo, 18 de agosto de 2024

A cualquier costo



No era solo miedo, era impotencia. Sab铆a que estaba a punto de reprobar el semestre. La aritm茅tica se me escapaba entre los dedos, cada examen se convert铆a en una pesadilla m谩s grande que la anterior. Hab铆a intentado de todo, pero nada parec铆a cambiar mi destino. Desesperado, fui al cub铆culo del profesor, con la esperanza de que se apiadara de m铆.


"Profe, necesito su ayuda. No puedo reprobar," supliqu茅, con la voz quebrada, al borde de las l谩grimas.


El profesor, un hombre de mediana edad con mirada astuta, se acomod贸 los lentes con una sonrisa calculadora. "Bueno, podr铆a hacer algo por ti... pero necesitar茅 un favor a cambio."


Mi coraz贸n se detuvo. ¿Qu茅 pod铆a querer de m铆? Su sonrisa se ensanch贸 mientras sus ojos se clavaban en los m铆os. "Cons铆gueme una cita con tu t铆a Aliyah, y te aseguro que pasar谩s el semestre."


El shock me dej贸 paralizado. ¿C贸mo sab铆a 茅l sobre mi t铆a Aliyah? Apenas nos ve铆amos, pero al parecer, 茅l la conoc铆a bien, al menos de vista. "Es una mujer atractiva," coment贸 con un tono perverso, describi茅ndola como si fuera un premio que deseaba. "Si logras que salga conmigo, te aprobar茅 sin problemas."


Sal铆 de all铆 sin decir una palabra m谩s, sintiendo una mezcla de asco y desesperaci贸n. Al llegar a casa, me derrumb茅 en la cama, tratando de encontrar una soluci贸n. Mi t铆a Aliyah… no hab铆a forma de que accediera. Ella era lesbiana, y ni todo el dinero del mundo la convencer铆a de salir con un hombre, mucho menos con alguien como mi profesor. Estaba atrapado.


Pasaron las horas, y mientras navegaba sin rumbo en Instagram, un reel capt贸 mi atenci贸n. Un extra帽o brujo hablaba de un ritual para controlar a un familiar. La idea era rid铆cula, pero en mi estado desesperado, cualquier cosa parec铆a una soluci贸n. No perd铆a nada con intentarlo.


Reun铆 los materiales necesarios y, esa misma noche, realic茅 el ritual en secreto. Sent铆 un escalofr铆o recorriendo mi cuerpo cuando pronunci茅 las palabras del conjuro. Algo empez贸 a cambiar dentro de m铆. El mundo gir贸 a mi alrededor y, de repente, me vi en otro lugar, en otro cuerpo. Estaba mirando a trav茅s de los ojos de mi t铆a Aliyah.


No solo hab铆a logrado controlarla, sino que hab铆a tomado su cuerpo por completo. Me levant茅 tambaleante, observando mi reflejo en el espejo. Su rostro, sus curvas, su presencia... todo eso ahora me pertenec铆a. Pero con este nuevo poder ven铆a un peso oscuro; estaba a punto de hacer algo que nunca podr铆a deshacer.


El d铆a siguiente fue un torbellino. Desde el cuerpo de Aliyah, contact茅 al profesor, fingiendo una dulzura y coqueter铆a que me resultaba ajena. "Hola… he estado pensando en tu propuesta. ¿Qu茅 tal si salimos ma帽ana por la noche?" Lo escuch茅 jadear al otro lado del tel茅fono, casi sin poder creer su suerte. Era como un ni帽o con un nuevo juguete.


Esa noche, en el restaurante donde nos encontramos, me miraba con una mezcla de lujuria y admiraci贸n. Yo, en el cuerpo de Aliyah, jugu茅 el papel a la perfecci贸n. Mi piel se eriz贸 cada vez que me tocaba, pero mantuve la compostura, sabiendo que todo esto era parte del plan. Cada sonrisa, cada risa falsa, me acercaba m谩s a mi objetivo: aprobar el semestre. Sin embargo, mientras la noche avanzaba, una sensaci贸n de repulsi贸n y poder se mezclaba en mi interior. Sab铆a que estaba manipulando a mi profesor, pero tambi茅n sab铆a que algo en m铆 estaba cambiando.


Finalmente, el profesor me asegur贸 que mis notas estaban arregladas. Lo hab铆a logrado. Pero cuando regres茅 a casa, el verdadero peso de mis acciones me golpe贸. Estaba atrapado en el cuerpo de mi t铆a Aliyah. Intent茅 revertir el ritual, pero fue en vano. Lo que pens茅 que ser铆a un control temporal se hab铆a convertido en algo permanente.



Ahora, mientras me miro en el espejo, ya no s茅 qui茅n soy. ¿Soy todav铆a ese estudiante desesperado, o me he convertido en alguien m谩s? El cuerpo de Aliyah es m铆o para siempre, y con 茅l, su vida. Tal vez, con el tiempo, me acostumbre. Pero una cosa es segura: el precio de mi desesperaci贸n fue mucho m谩s alto de lo que jam谩s imagin茅.



s谩bado, 17 de agosto de 2024


Desde que mi segunda pubertad transform贸 mi vida por completo, hab铆a evitado a toda costa las reuniones familiares. Mis padres entendieron que un cambio tan dr谩stico como el m铆o ser铆a dif铆cil de explicar, y menos a煤n de aceptar, para el resto de la familia. Durante cinco largos a帽os, excusaron mi ausencia con historias de viajes o compromisos importantes, manteniendo mi secreto a salvo.



Todo cambi贸 cuando mi t铆a, conocida por su insistencia, decidi贸 organizar una reuni贸n en nuestra casa. Mis padres me advirtieron con antelaci贸n, ofreci茅ndome la opci贸n de pasar el d铆a en un hotel para evitar la situaci贸n, pero algo en m铆 sab铆a que hab铆a llegado el momento. Era hora de enfrentarme a la familia y mostrarles en qui茅n me hab铆a convertido. 


El d铆a de la reuni贸n, mi madre me ayud贸 a prepararme, escogiendo para m铆 un elegante vestido azul que realzaba mis nuevas curvas de manera delicada pero innegable. Mis pies, ahora m谩s peque帽os, se acomodaron en unos zapatos de tac贸n bajo que combinaban a la perfecci贸n. Mientras me miraba en el espejo, not茅 c贸mo el reflejo mostraba a una mujer segura, una que no exist铆a hace cinco a帽os. Respir茅 hondo y baj茅 las escaleras, sintiendo el peso de todas las miradas sobre m铆.


El silencio que inund贸 el comedor al verme fue ensordecedor. Mis t铆os, at贸nitos, apenas pod铆an disimular su sorpresa, mientras que mis primos, especialmente aquellos que sol铆an ignorarme en el pasado, me miraban con un inter茅s que rozaba la lujuria. 

Sus ojos me devoraban, recorriendo cada detalle de mi figura, de mos pies hasta mi cabeza, como si intentaran despojarme de mi ropa con la mirada. Finalmente, tom茅 aire y me present茅, con una voz firme y decidida: "Soy Victoria".



La cena transcurri贸 con cierta tensi贸n en el aire, pero en terminos generales bien, aunque los murmullos y susurros no se hicieron esperar, pero mis padres se mantuvieron cerca, apoy谩ndome en cada momento, explicando mi demicado asunto con la segunda pubertad, un tema algo nuevo para oidos de los m谩s mayores de l familia. Aun as铆, algo me inquietaba. 

Esa noche, mientras todos seguian festejando, Yo decido ir a mi cuarto a encerrarme nuevamente pero una corazonada me invadi贸, un presentimiento oscuro y siniestro... algo no andaba bien. Cerr茅 con llave mi habitaci贸n, pero no pude dormir. La sensaci贸n de que alguno de mis primos intentar铆a irrumpir en mi cuarto me manten铆a en vela, con la mente llena de sombras....



viernes, 16 de agosto de 2024

Tratando de aceptar

 Nunca me hab铆a sentido tan inc贸moda en mi vida. Mi madre nos hab铆a inscrito en un programa experimental de intercambio de cuerpos, y ahora yo estaba atrapada en su cuerpo. Era como una pesadilla, pero muy real. No pod铆a creer que estaba viviendo el d铆a a d铆a en su piel, enfrent谩ndome a su rutina, su vida, y sus responsabilidades. Cada movimiento me recordaba que no era mi cuerpo, que no era yo, y eso me hac铆a sentir desesperada.


Al principio, trat茅 de evitar todo lo relacionado con su vida personal, pero pronto me di cuenta de que no pod铆a huir de ello para siempre. Mi madre, astuta como siempre, percibi贸 mi incomodidad. Sab铆a que no estaba contenta con la situaci贸n, y un d铆a decidi贸 tomar el asunto en sus propias manos. Sin decir una palabra, tir贸 sus prendas sobre sobre la cama, una selecci贸n que inclu铆a encajes, seda, y colores que nunca me hubiera imaginado usar. 


"Necesitas aprender a aceptar este cuerpo, a aceptarme a m铆", dijo con una sonrisa suave antes de salir de la habitaci贸n, dej谩ndome a solas con sus pertenencias.


Me qued茅 all铆, inm贸vil, mirando mi cuerpo luchando contra la mezcla de emociones que me invad铆a. Sab铆a que ella ten铆a raz贸n. Ten铆a que intentar sacar el m谩ximo partido de esta situaci贸n, por m谩s desagradable que fuera. A rega帽adientes, tom茅 las prendas y me dirig铆 al espejo para cambiarme.


Mientras me pon铆a su vestido, no pude evitar sentir una extra帽a agitaci贸n en mi interior. El cuerpo de mi madre ten铆a curvas generosas, curvas que siempre hab铆a envidiado en silencio. La prenda se adaptaba perfectamente a mis nuevas formas, acentuando mi figura de una manera que me dej贸 sin aliento. Sent铆 el cosquilleo de la tela contra mis muslos y no pude evitar mirarme en el espejo.



La imagen  reflejaba sensualidad y feminidad,  completamente ajena a m铆. 

Sin embargo, hab铆a algo hipn贸tico en la manera en que el vestido resaltaba mis pechos, en c贸mo la seda se ce帽铆a a mis caderas y acentuaba la plenitud de mi trasero. Toqu茅 mis pechos, mis caderas, intentando asimilar que ahora formaban parte de m铆. Al principio, fue extra帽o y embarazoso, pero luego, mientras me observaba m谩s de cerca, comenc茅 a sentir una chispa de aceptaci贸n, incluso de orgullo. Este cuerpo, aunque no era m铆o, ten铆a una belleza innegable, una sensualidad madura que no pod铆a ignorar.


El sonido de su tel茅fono interrumpi贸 mis pensamientos. Al revisar el mensaje, me di cuenta de que ten铆a una cita esta noche. Hab铆a olvidado que mi madre ten铆a planes. El nombre del hombre no me era familiar, pero sab铆a que mi madre lo conoc铆a bien. Mi coraz贸n se aceler贸, sabiendo que esta noche no ser铆a como cualquier otra.


Mientras terminaba de arreglarme, la realidad me golpe贸: no solo tendr铆a que enfrentar esta cita, sino que probablemente terminar铆a en sexo. La idea me asustaba y me emocionaba a partes iguales. ¿Podr铆a yo, atrapada en el cuerpo de mi madre, aprender a amar y disfrutar de esta experiencia? Estaba a punto de descubrirlo.

jueves, 15 de agosto de 2024

Una madre de familia




Renata, una ejemplar ama de casa, se despert贸 como todas las ma帽anas. Despu茅s del habitual sexo matutino con su marido, se levant贸 de la cama, se dio una ducha, se cambi贸 de ropa y se puso algo de maquillaje antes de bajar a preparar el desayuno para su familia. Al abrir el armario, sin embargo, una sensaci贸n de incomodidad la invadi贸 al ver la fila de vestidos y faldas. Instintivamente, busc贸 algo m谩s simple, algo que no logr贸 encontrar. Se encogi贸 de hombros y eligi贸 un conjunto femenino, como siempre.


Pronto su marido baj贸, d谩ndole una palmada en el trasero antes de darle un beso. 脡l desliz贸 su mano por debajo de la bata de Renata, acariciando levemente su zona 铆ntima apenas cubierta por sus panties, provoc谩ndole un gemido. S贸lo se detuvieron al escuchar las risas de sus hijas que bajaban para desayunar con ellos.


Toda la familia desayunaba en armon铆a, y Renata observaba con orgullo a su esposo y a sus hijas. Sin embargo, algo en su interior le dec铆a que esa no era su vida, que no pertenec铆a a ese lugar. Su mirada se perdi贸 en un rinc贸n de la cocina, donde sol铆a estar una colecci贸n de tazas de su marido. ¿Por qu茅 sent铆a la extra帽a necesidad de agarrar una taza que no ten铆a flores ni colores llamativos, sino un dise帽o sobrio y masculino? Su marido se dio cuenta de que Renata estaba perdida en sus pensamientos y, al tomarla de la mano, le pregunt贸: "¿Pasa algo, amor?"


Renata sonri贸 y respondi贸: "No, cari帽o, solo estaba pensando en un sue帽o extra帽o que tuve."


Tras el desayuno, Renata subi贸 con sus hijas para prepararlas para el colegio. Mientras recog铆a la mochila de una de sus hijas, vio un trofeo de f煤tbol en una repisa y sinti贸 un tir贸n en su pecho. ¿Por qu茅 le parec铆a tan familiar ese trofeo, como si hubiera sido suyo alguna vez? Sacudi贸 la cabeza, convencida de que eran ideas absurdas. Se despidi贸 de sus hijas y su marido, intentando alejar esos pensamientos de su mente.


Cuando se qued贸 sola en casa, Renata intent贸 ignorar los extra帽os sue帽os que la acosaban, pero no pod铆a evitar pensar en ellos. En sus sue帽os, se ve铆a en una camioneta, siendo llevada a una especie de laboratorio, como en una pel铆cula de terror. Intentando distraerse, se sumergi贸 en las tareas del hogar. Pero mientras limpiaba, un fugaz recuerdo la golpe贸: un joven rebelde peleaba con su madre porque no quer铆a ayudar en la limpieza de la casa. Renata se sinti贸 inc贸moda. ¿Qui茅n era ese chico? ¿Por qu茅 ten铆a esa imagen en su mente, cuando su propia relaci贸n con su madre hab铆a sido siempre ejemplar?


M谩s tarde, mientras lavaba la ropa, Renata sac贸 una carga de la secadora. Al recoger su ropa interior, tuvo otro borroso recuerdo: un chico escondido en un rinc贸n, con ropa interior femenina que no era suya. El recuerdo la perturb贸 profundamente, aunque no lograba entender por qu茅.


Una vez que termin贸 con las tareas del hogar, Renata se sent贸 a ver televisi贸n. Mientras buscaba su telenovela, se detuvo en un programa destinado a j贸venes. Algo en ese programa le resultaba extra帽amente familiar; recordaba haberlo visto y haberse re铆do de su humor absurdo. Un nombre, "Juan", cruz贸 por su mente, pero se desvaneci贸 tan r谩pido como lleg贸. Justo cuando intentaba recordar m谩s, cambi贸 de canal y se distrajo con su telenovela favorita.


Al llegar la hora de preparar el almuerzo, Renata se dio cuenta de que le faltaban algunos ingredientes y decidi贸 ir a la tienda cercana. Caminando por los pasillos, se detuvo en la secci贸n de botanas. Al ver unas papas picantes, otro recuerdo la invadi贸: un joven que sol铆a comer esas papas extra picantes mientras jugaba videojuegos. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una trabajadora del local que le pregunt贸: "¿Se帽ora, busca algo en espec铆fico?" Renata reconoci贸 a la chica y, sin saber c贸mo, la llam贸 por su nombre: "Roxana."


La chica se sorprendi贸 y le pregunt贸: "¿C贸mo sabes mi nombre? ¿Eres amiga de mi mam谩?" Renata no entend铆a c贸mo sab铆a el nombre de esa chica, pero algo dentro de ella lo recordaba.


De regreso a casa, vio a unos chicos jugando al f煤tbol. La pelota rod贸 hacia ella y, al rozarla con el pie, un recuerdo de un chico jugando f煤tbol se le vino a la mente. Este recuerdo fue m谩s n铆tido que los anteriores. Pod铆a ver al chico riendo, sin preocupaciones, pero no pod铆a recordar su rostro. ¿Por qu茅 esos recuerdos la hac铆an sentir tan ajena a s铆 misma?


Al llegar a casa, Renata se encontr贸 con un 谩lbum de fotos familiares. Lo abri贸, buscando reconfortarse con las im谩genes de su vida con su esposo y sus hijas. Sin embargo, al ver las fotos, not贸 que no recordaba haber tomado ninguna de ellas. Ni las vacaciones, ni los cumplea帽os, ni siquiera los momentos felices con sus hijas reci茅n nacidas. De repente, se dio cuenta de que no recordaba haberse embarazado. Tampoco recordaba haber tenido senos tan grandes antes. Una pregunta reson贸 en su mente: "¿Qui茅n soy?"


Angustiada, Renata llam贸 a su marido, quien, con calma, le dijo que no se asustara, que ya iba en camino para llevarla al psic贸logo, tal vez un tratamiento de hipnosis con el Dr. Steven la ayudar铆a.


Al final del d铆a, vemos a Renata m谩s calmada, tomado un t茅, sin ninguna preocupaci贸n m谩s que preparar algo delicioso para su esposo e hijas. Sin embargo, en lo profundo de su ser, el eco de esos recuerdos segu铆a resonando, dejando una inquietante pregunta sin respuesta.


mi茅rcoles, 14 de agosto de 2024

Destructora de hogares


 Mis padres me echaron de casa cuando era joven, d谩ndome una dura lecci贸n sobre la independencia. Lo que no sab铆an era que estaban sembrando las semillas de mi venganza. Durante a帽os, he estado preparando mi plan con una precisi贸n meticulosa: convertirme en la mujer de sus sue帽os para luego usar esa transformaci贸n para mi propia venganza.


El d铆a de mi boda hab铆a llegado, y con 茅l, el momento culminante de mi plan. Cada detalle de la ceremonia estaba meticulosamente dise帽ado para asegurar mi triunfo y la culminaci贸n de mi venganza. El anillo en mi dedo simbolizaba no solo mi uni贸n con 茅l, sino tambi茅n el 茅xito de mi venganza, el producto final de una transformaci贸n completa y devastadora.


La transformaci贸n no fue sencilla. Mi primer paso fue someterme a una cirug铆a de feminizaci贸n facial que remodel贸 mi estructura 贸sea para darle un aspecto m谩s delicado. Despu茅s, pas茅 por una serie de procedimientos est茅ticos para suavizar mi piel, agrandar mis pechos y ajustar mi cintura, todo mientras manten铆a mi apariencia lo m谩s natural posible. 

No contenta con esto, tambi茅n me somet铆 a un programa intensivo de terapia hormonal para transformar mi cuerpo. La testosterona que antes me daba fuerza y masculinidad fue reemplazada por estr贸genos, esculpiendo mis caderas y trasero para que se volvieran voluptuosos y femeninos. Durante meses, me somet铆 a dolorosos tratamientos de depilaci贸n y me mantuve al borde de la perfecci贸n est茅tica. Adem谩s, la cirug铆a de reasignaci贸n de g茅nero complet贸 el proceso, transformando mis genitales en una versi贸n completamente femenina, mientras que las inyecciones continuas de estr贸geno ayudaron a mantener una apariencia femenina.



Para justificar el desgaste de mi cuerpo con el tiempo, adopt茅 la identidad de Sophia, una mujer madura y seductora. Mi nuevo yo era un contraste llamativo con la persona que era antes. Mi piel radiante y mi figura voluptuosa eran el resultado de a帽os de procedimientos meticulosos. La tercera vez fue la vencida; mi papel como Sophia lo atrap贸 por completo. 脡l se enamor贸 perdidamente de m铆, y lentamente fui desenterrando la brecha entre 茅l y su eesposa y su matrimonio de treinta a帽os.


Recuerdo los primeros momentos inc贸modos de mi coqueteo con 茅l. Inicialmente, mi intento de seducci贸n fracas贸. pero despu茅s nos volvimos mas cercanos, hasta que lo tube  comiendo de la plama de mi mano,  lo convenci de divorciarse.

Ahora, mientras me miro en el espejo con una mezcla de orgullo y anticipaci贸n, siento la lujuria y el triunfo palpitar en mi interior. La ceremonia estaba en pleno apogeo, y los invitados disfrutaban, ajenos al verdadero motivo detr谩s de mi sonrisa y de la intensidad en mi mirada. Mi libido, a煤n activa a pesar de los a帽os de hormonas, se manten铆a fuerte, pero hoy, el deseo de venganza eclipsaba todo lo dem谩s.


Cuando el momento fuera el adecuado, me levantar铆a para hacer un anuncio. La revelaci贸n no ser铆a simplemente sobre mi amor por 茅l, sino una exposici贸n p煤blica de la verdad: mi identidad oculta, el plan meticuloso que hab铆a ejecutado y el dolor que hab铆a causado. Esperar hasta el final de la noche ser铆a m谩s dulce. Cada segundo de suspense alimentaba mi satisfacci贸n. El momento de la venganza estaba cerca, y nada podr铆a detenerme ahora.


martes, 13 de agosto de 2024

Un Nuevo Hogar, Un Nuevo Yo



El mundo cambi贸 para siempre el d铆a en que el virus de g茅nero comenz贸 a propagarse. Para muchos, fue una cat谩strofe; para otros, una revelaci贸n. Para m铆, fue ambas cosas. En cuesti贸n de semanas, mi cuerpo se transform贸 de manera radical e irreversible, dej谩ndome atrapado en una nueva forma que nunca hubiera imaginado. Pero lo m谩s doloroso no fue el cambio f铆sico, sino la reacci贸n de mis propios padres.



Profundamente religiosos y arraigados en sus creencias, mis padres no vieron mi condici贸n como una enfermedad o un cambio desafortunado. Para ellos, era una abominaci贸n, un castigo divino. La noche que me echaron de casa, el fr铆o y la oscuridad no fueron nada comparado con la helada indiferencia en sus ojos. Sin un lugar a d贸nde ir, me sent铆 completamente sola.


Fue entonces cuando los Wilson, mis vecinos, intervinieron. Siempre hab铆an sido una pareja amable y generosa, pero nunca hab铆a imaginado cu谩n lejos llegar铆an para ayudarme. Me ofrecieron un hogar, un refugio seguro en medio de la tormenta que era mi vida. El se帽or Wilson, con su voz grave y reconfortante, me dijo que siempre hab铆a deseado tener una hija. En sus palabras encontr茅 un consuelo que no sab铆a que necesitaba. Comenc茅 a sentirme aceptada, querida, e incluso protegida.


La se帽ora Wilson tambi茅n fue incre铆blemente amable. Me ayud贸 a crear mi nueva identidad como “Connie”. Me ense帽贸 a maquillarme, a elegir la ropa adecuada, a caminar con gracia. Todo lo que hac铆a era con una dulzura genuina, aunque a veces no pod铆a evitar notar la sombra de tristeza en sus ojos. Sab铆a que el se帽or Wilson y ella hab铆an intentado tener hijos durante a帽os sin 茅xito. Me preguntaba si, en cierto modo, yo estaba llenando ese vac铆o en sus vidas.



Con el tiempo, me acomod茅 en mi nueva vida. Pero algo empez贸 a cambiar.  Yo comenc茅 a pasar m谩s tiempo con el se帽or wilson , mucho m谩s de lo que una "hija" normalmente har铆a. Empec茅 con peque帽os gestos: un roce de la mano, una mirada que duraba un poco m谩s de lo necesario, una sonrisa que parec铆a tener un significado oculto. Al principio, el troto  de ignorarlo, convencido de que era calidades.


Dentro de m铆, algo despert贸. Un deseo que nunca antes hab铆a sentido. El se帽or Wilson no era solo un hombre mayor que me hab铆a dado un hogar; era atractivo, en una forma madura y poderosa. Su presencia me hac铆a sentir cosas que no hab铆a experimentado antes. Sab铆a que estaba mal, que era inapropiado, pero no pod铆a evitarlo. La nueva “Connie” era una mujer, y esa mujer estaba empezando a descubrir su propio poder.


La se帽ora Wilson, ocupada con sus actividades, no not贸 c贸mo las cosas entre su marido y yo se volv铆an m谩s intensas. Pero yo lo not茅. Y 茅l tambi茅n. El agradecimiento que sent铆a hacia 茅l por haberme salvado de la miseria se transform贸 en algo m谩s oscuro, m谩s peligroso. Empec茅 a vestirme de manera m谩s provocativa cuando 茅l estaba cerca, a inclinarme un poco m谩s cuando recog铆a algo, a re铆rme de sus chistes de una manera que sab铆a que lo excitaba.



Entonces, una noche, cuando la se帽ora Wilson se fue de viaje a visitar a unos parientes, sucedi贸 lo inevitable. Est谩bamos solos en la casa, y el ambiente estaba cargado de tensi贸n. Me acerqu茅 a 茅l en la cocina, con un camis贸n de seda que me hab铆a comprado d铆as antes, uno que sab铆a que 茅l notar铆a. Nuestras miradas se cruzaron, y en ese momento, supe que hab铆a cruzado un punto sin retorno. Con un suspiro tembloroso, me acerqu茅 a 茅l, sintiendo c贸mo su respiraci贸n se aceleraba.



“No tienes que hacer esto, Connie,” susurr贸, aunque sus manos ya se mov铆an hacia mi cintura.


“Quiero hacerlo,” respond铆, mi voz apenas un murmullo. Era cierto. No solo quer铆a, lo necesitaba. Necesitaba sentirme deseada, amada de una manera que mis padres nunca me hab铆an dado. Y as铆, detono todo con un beso, luego una caricia, el agradecimiento se transform贸 en algo mucho m谩s profundo y prohibido.



A la ma帽ana siguiente, me despert茅 en sus brazos, sinti茅ndome atrapada entre la culpa y mis deseos. Sab铆a que hab铆a traicionado a la se帽ora Wilson, la mujer que me hab铆a acogido como una hija. Pero tambi茅n sab铆a que no pod铆a detenerme. La idea de darle al se帽or Wilson lo que siempre hab铆a deseado, los hijos que su esposa nunca pudo tener, comenz贸 a obsesionarme. ¿Qu茅 pasar铆a si quedara embarazada? ¿C贸mo reaccionar铆a 茅l? ¿C贸mo cambiar铆a eso nuestras vidas?



Mientras el tienpo pasaba. Sab铆a que estaba jugando un juego bastante peligroso, pero no pod铆a evitarlo. Me hab铆a convertido en “Connie”, la hija perfecta para los Wilson, pero tambi茅n en algo m谩s. Algo que pod铆a destruir su matrimonio… o transformarlo en algo nuevo...



lunes, 12 de agosto de 2024

Cambio...


Evan siempre fue el arquetipo del chico nerd: delgado, con gafas gruesas y constantemente sumergido en sus libros. Mientras sus compa帽eros exploraban la vida universitaria con fiestas y romances, Evan se centraba en sus estudios, perfeccionando su dominio de las matem谩ticas y la ingenier铆a. Graduado con honores, crey贸 que su futuro estaba asegurado. Pero en el fondo, siempre sinti贸 que algo no encajaba, como si su vida estuviera incompleta, como si hubiese algo m谩s que el destino le deparaba.


Un d铆a, mientras navegaba por internet, Evan encontr贸 un anuncio que captur贸 su atenci贸n: "Transforma tu vida en 90 d铆as. Desata tu verdadero potencial." No era el tipo de cosa en la que Evan normalmente se interesar铆a, pero algo en el mensaje reson贸 con 茅l. Sin pensarlo demasiado, se inscribi贸, pensando que quiz谩s este era el cambio que su vida necesitaba. No ten铆a idea de lo radical que ser铆a esa transformaci贸n.


Las primeras semanas trajeron cambios sutiles pero innegables. Su piel comenz贸 a volverse m谩s suave y tersa, mientras sus manos, antes huesudas, se transformaron en delicadas y elegantes, con u帽as perfectamente cuidadas. 

Pronto, su voz, antes mon贸tona y un poco aguda, comenz贸 a adoptar un tono m谩s suave y seductor. Los cambios f铆sicos se intensificaron r谩pidamente: su cintura se afin贸, sus caderas se ensancharon dram谩ticamente, y sus pechos comenzaron a crecer, redonde谩ndose en un par de curvas exuberantes que no dejaban lugar a dudas sobre su nueva feminidad.


Evan observaba, fascinado y aterrorizado, c贸mo su cuerpo se transformaba. D铆a tras d铆a, su trasero se volv铆a m谩s grande y redondeado, adquiriendo una prominencia que no pod铆a ignorarse. Al mismo tiempo, su pene, el s铆mbolo de identidad masculina, comenz贸 a encogerse. Cada d铆a se hac铆a m谩s peque帽o, hasta que no qued贸 m谩s que un diminuto micropene, casi imperceptible entre sus ahora voluminosas y suaves piernas. En lugar de sentirse devastado, como Evan habr铆a esperado, Eva como ahora se hac铆a llamar, acept贸 estos cambios con una mezcla de resignaci贸n y extra帽a satisfacci贸n. 


Pero los cambios f铆sicos no fueron los 煤nicos que ocurrieron. Su mente, que antes estaba llena de complejas ecuaciones y teor铆as, comenz贸 a enfocarse en otras prioridades. La moda, el maquillaje, y la belleza se convirtieron en sus nuevos intereses. 

Eva se deleitaba en elegir los atuendos que mejor destacaban sus nuevas curvas: vestidos ajustados que mostraban su figura de reloj de arena, tacones altos que realzaban el balanceo de sus caderas, y lencer铆a que la hac铆a sentir incre铆blemente sensual.


A medida que su cuerpo ganaba m谩s peso en sus caderas y trasero, estos se convirtieron en su mayor orgullo. Eva consciente de que todos los ojos estaban sobre su trasero perfectamente redondeado. Le encantaba c贸mo sus nuevas curvas llenaban la ropa de manera tan provocativa, c贸mo los hombres no pod铆an evitar mirarla con deseo. Su antigua vida de ecuaciones y f贸rmulas se desvaneci贸 por completo. Ya no hab铆a rastros de Evan; solo quedaba Eva, una mujer deslumbrante, superficial y completamente obsesionada con un icono sexual.


La transformaci贸n tambi茅n afect贸 profundamente su sexualidad. Mientras Evan hab铆a sido t铆mido y reservado, Eva se volvi贸 completamente sumisa y extrovertida, ansiosa por complacer. Su micropene no era m谩s que un recordatorio insignificante de su antigua vida.... que lenta y preogresivamemte desaparecia.

Eva ya no sent铆a deseo alguno de ser quien tomara la iniciativa; ahora, su mayor placer radicaba en ser penetrada, en ser la receptora de toda la atenci贸n y el deseo. Se convirti贸 en una verdadera mu帽eca bimbo, dispuesta y lista para satisfacer a cualquier hombre que la valorara por su belleza y sumisi贸n. Eva se entreg贸 completamente a este rol, disfrutando cada momento de su nueva vida como una bimbo, una mujer cuya 煤nica ambici贸n era ser adorada y tomada en todos los sentidos.


Eva hab铆a cambiado. Las ma帽ana se levantaba emocionada por las oportunidades de ser vista, admirada y deseada. 

Sus d铆as de ingeniera quedaron atr谩s, reemplazados por tardes de compras, visitas al sal贸n de belleza, y noches en clubes exclusivos donde pod铆a mostrar su cuerpo perfecto. y las mirada lasciva nunca faltaban ni los cumplido que recib铆a por su voluptuosa figura, Eva se sent铆a m谩s segura de su nueva identidad.

 Ahora sab铆a que su prop贸sito era simple pero profundo: ser una mujer absolutamente.


domingo, 11 de agosto de 2024

Ser la esposa de un millonarios de gustos peculiares...(dawn)

 


Despu茅s de ser expulsado de la escuela secundaria, mi vida se convirti贸 en un caos. Sin estudios ni perspectivas laborales, me encontr茅 deambulando sin rumbo, buscando alguna forma de ganarme la vida. Hab铆a intentado conseguir trabajo, pero cada puerta que tocaba se cerraba en mi cara. La frustraci贸n y la desesperaci贸n comenzaron a apoderarse de m铆, hasta que un d铆a, un hombre misterioso se me acerc贸.


Se present贸 como el agente Smith. Parec铆a un hombre de negocios refinado, con un aire de seguridad que me dej贸 desconcertado. Me mir贸 con una sonrisa tranquilizadora y me dijo: 


—Estoy buscando j贸venes como t煤, sin futuro aparente, para ofrecerles una oportunidad 煤nica. Una vida de ensue帽o —su voz era firme, convincente—. Riquezas, viajes, y un estilo de vida acomodado que jam谩s has imaginado.


Lo escuch茅 con escepticismo, hasta que mencion贸 la 煤nica condici贸n para obtenerlo todo: tendr铆a que convertirme en la esposa de un multimillonario.


—¿Est谩s bromeando? —le dije, incr茅dulo.


—No, hablo en serio. Tenemos la tecnolog铆a para hacer de ti la mujer perfecta para cumplir ese rol —respondi贸, sin perder la compostura.


Sent铆 un nudo en el est贸mago mientras me explicaba c贸mo funcionar铆a el proceso. La desesperaci贸n termin贸 ganando. ¿Qu茅 ten铆a que perder? Acept茅 la oferta.


El proceso de transformaci贸n fue m谩s all谩 de cualquier cosa que hubiera podido imaginar. Las semanas que siguieron fueron un borr贸n de dolor y desconcierto mientras mi cuerpo cambiaba de formas que nunca cre铆 posibles. Cuando finalmente me mir茅 al espejo, casi no me reconoc铆.



—¿Esa... soy yo? —murmur茅, asombrado por la imagen de una mujer madura y atractiva que me devolv铆a la mirada.


—Eres perfecta, justo lo que necesitamos —dijo el agente Smith con una sonrisa satisfecha—. Ahora est谩s lista para conocer a tu esposo.


Finalmente, lleg贸 el d铆a en que conoc铆 a mi nuevo esposo. El hombre que ten铆a frente a m铆 era calvo, con algo de sobrepeso, y probablemente estaba en sus 40. No era el pr铆ncipe azul que hab铆a so帽ado de ni帽o, pero era quien hab铆a financiado mi transformaci贸n y ahora, oficialmente, mi esposo.


—Necesito que me acompa帽es a eventos importantes, cenas de negocios y reuniones de la alta sociedad —dijo con tono profesional en nuestra primera conversaci贸n. Pero luego, su voz baj贸 y se torn贸 m谩s oscura—. Tambi茅n disfruto del sexo… especialmente del sexo anal.


Sent铆 un escalofr铆o recorrer mi espalda. Tragu茅 saliva y asent铆 con la cabeza, intentando mantener la compostura mientras 茅l me observaba con una mirada que me hac铆a sentir vulnerable.


—Mis esposas anteriores no pudieron… manejar mis preferencias —agreg贸, con una sonrisa algo siniestra—. Pero creo que t煤 ser谩s diferente, no por eso paque mucho por ti...


—Bienvenida a tu nueva vida, se帽ora Hamilton —dijo finalmente, d谩ndome una 煤ltima mirada antes de dejarme sola en nuestra nueva casa.


Al principio, todo parec铆a cumplir con lo que el agente Smith hab铆a prometido. Mi vida estaba llena de lujos, pero algo no encajaba. A pesar de todo lo que mi esposo me hab铆a dicho sobre sus deseos sexuales, durante los primeros meses no hubo ning煤n acercamiento f铆sico entre nosotros. Dorm铆amos en la misma cama, pero nunca hubo un beso, una caricia, ni siquiera una palmada en el trasero. Esto me intrigaba profundamente.


Finalmente, la verdad se revel贸 de la manera m谩s peculiar. Una noche, mi esposo me pidi贸 que me arreglara porque 铆bamos a recibir una visita especial.


—V铆stete para impresionar —me dijo, con emocion.


Me puse uno de mis vestidos m谩s elegantes, un atuendo que destacaba mis curvas. Cuando llegamos al sal贸n principal, me present贸 a Chad, un hombre joven, atractivo y con una musculatura que parec铆a esculpida a mano.



—脡l ser谩 el encargado de complacerte en la cama —dijo mi esposo, sin ning煤n rastro de verg眉enza, incluso se notaba algo orgulloso.


Lo mir茅, boquiabierta, tratando de procesar lo que acababa de escuchar.


—¿Perd贸n? —logr茅 decir, incr茅dula.


—Eres mi esposa —continu贸, con una sonrisa esxitada—, pero disfruto viendo a otros hombres complacerte. Chad es un semental y muy bueno en lo que hace. Estoy seguro de que te encantar谩.


Sent铆 una mezcla de humillaci贸n y temor cuando Chad me llev贸 al dormitorio, seguido de cerca por mi esposo, que se instal贸 en un rinc贸n de la habitaci贸n para observar.

Lo que sigui贸 fue una experiencia que nunca olvidar茅. Chad me tom贸 con una fuerza y pasi贸n que me hizo sentir completamente sumisa. El tama帽o de su miembro me llen贸 de una manera que no hab铆a cre铆do posible. Sent铆 que me partir铆a en dos, y aunque al principio fue doloroso, pronto el dolor dio paso a una ola de placer que no hab铆a experimentado antes. 




—¡Dios! —gem铆, mientras Chad se mov铆a dentro de m铆 con una intensidad insana.


—Eso es, cari帽o… disfruta —susurr贸 mi esposo desde la esquina, con una mirada de satisfacci贸n en su rostro y solo se aceco para ver como chad me metia su miebro mas profundo



A partir de esa noche, esta se convirti贸 en mi nueva realidad. No era solo la esposa trofeo de un multimillonario; era tambi茅n la pieza central en sus fantas铆as m谩s retorcidas.

 Mi vida se hab铆a convertido en un ciclo de lujos y sexo con los sementales que mi esposo eleg铆a, todo para satisfacer su peculiar necesidad de ver a otros hombres complaci茅ndome.


Nunca hab铆a imaginado que la vida que hab铆a aceptado ser铆a as铆, pero aqu铆 estaba, viviendo en una jaula de oro, atrapada en una vida m谩s que exotica... pero al menos es mejor que ser un bago por lo menos tengo algunos lujos...