Aldo había menospreciado a su madre durante años, viéndola como una figura invisible en su vida cotidiana. Desde la adolescencia, se negaba rotundamente a colaborar en las tareas del hogar, convencido de que era su derecho evitar responsabilidades domésticas. Pero su madre, cansada de ser ignorada y tratada como una sirvienta en su propio hogar, empezó a considerar opciones radicales para cambiar la dinámica familiar.

Un día, mientras hojeaba una revista, se topó con un anuncio sobre avances en clonación. La idea le pareció descabellada al principio, pero conforme reflexionaba sobre su situación y sus sueños frustrados, encontró una solución inesperada. Siempre había deseado tener una hermana gemela, y ahora, con la posibilidad de transformar a Aldo en una copia de ella misma, vio una oportunidad para cumplir ese anhelo y corregir el comportamiento de su hijo al mismo tiempo.

Tras una intensa conversación con su marido, quien compartía sus preocupaciones y estaba dispuesto a apoyarla en esta decisión, dieron luz verde al proyecto de transformación. Aldo fue llevado a un laboratorio especializado donde comenzó el proceso de clonación y modificación genética bajo la supervisión de médicos especializados.

Durante meses, Aldo fue sometido a un tratamiento diario que alteró su fisonomía gradualmente. La experiencia fue traumática al principio, pero conforme avanzaba el proceso, Aldo se sorprendió al encontrar consuelo y conexión en su transformación. La influencia de las drogas y hormonas utilizadas en el procedimiento, junto con la perspectiva de convertirse en una versión de su madre, cambiaron su percepción del mundo y de sí mismo.

Al finalizar el proceso, Aldo, ahora rebautizado como Alondra, había adoptado por completo la personalidad y los deseos de su madre. Ya no quedaba rastro del chico rebelde y egoísta que solía ser. Ahora, dedicaba sus días a las labores domésticas con entusiasmo, encontrando placer en mantener un hogar ordenado y confortable. Los desacuerdos con su madre, ahora más como hermana gemela, se reducían a disputas amigables sobre quién se encargaría de qué tarea.

Aldo, ahora Alondra, había encontrado una nueva identidad y propósito en su vida, mientras que su madre finalmente había logrado el compañero y apoyo que tanto había deseado. 

Sin embargo 

Las mañanas llenas de cumplidos y gestos cariñosos, destinados originalmente a su madre, ahora generaban una confusión y un deseo en Alondra. A pesar de ser consciente de que era una copia genética y psicológica de su madre, no podía evitar los sentimientos que surgían hacia el hombre que, de alguna manera, había sido su figura paterna.

La falta de percepción por parte de su padre, quien no notaba la diferencia entre su esposa original y su clon, exacerbaba aún más la situación. Alondra se debatía entre el deseo de mantener la fachada y la necesidad de confrontar sus sentimientos y deseos más profundos.

El descubrimiento de los sentimientos de Alondra hacia su propio padre, la incitaba a ser más sobresaliente. Aunque inicialmente disfrutaba de la atención y el reconocimiento que recibía de él, pronto se vio mar de dudas y emociones

Las noches eran especialmente difíciles para Alondra, cuando la soledad y la envidia por la pasión compartida entre sus padres llenaban su corazón de angustia y aanhelo. Los gemido escuchado desde la habitación contigua le cuasaba un sentimiento de envidia, por lo que ahora anhelaba pero nunca podría tener.

Así, Alondra se enfrentaba a una lucha interna constante, debatiéndose entre su papel como sustituta de su madre y sus propios deseos y necesidades emocionales y sexuales.  su situación la llevaba a un territorio desconocido, donde los límites entre el amor y la moralidad se desdibujaban peligrosamente... sabia lo que quería pero como conseguírlo...

Pronto Alondra tenia un plan

El corazón de Alondra latía con una mezcla de nerviosismo y determinación mientras ponía en marcha su plan desesperado. Con el frasco de somníferos en mano, se deslizó sigilosamente por los pasillos de la casa, asegurándose de no ser descubierta.  emociones.

Al llegar a la cocina, Alondra tomó una profunda inspiración antes de abrir el frasco y diluir cuidadosamente la sustancia en la bebida de su madre. Cada movimiento era meticuloso, cada gesto calculado para garantizar el éxito de su plan. Sabía que el sueño profundo de su madre era crucial para llevar a cabo lo que estaba a punto de hacer.

Con la bebida preparada, Alondra se dirigió hacia su habitación donde llama o su madre por "ayuda", su madre/hermana incociente de las intenciones de alodra la acompaño. Se sintió invadida por una mezcla de emociones mientras la observaba, recordando su  resentimiento y desdén que habían marcado su relación. Pero en ese momento, solo había espacio para la determinación y la necesidad de llenar el vacío que la consumía.

Le dio la bebida y  poco después de asegurarse de que su madre estaba profundamente dormida, Alondra se preparó para el siguiente paso de su plan. Se despojó de su ropa y se puso el camisón de su madre, tratando de imitar cada gesto y detalle con precisión. Se miró en el espejo con una mezcla de incredulidad y determinación, consciente de la ironía de la situación en la que se encontraba.

Con pasos decididos, Alondra se dirigió hacia la habitación compartida con su padre, donde se detuvo frente a la puerta entreabierta. Su corazón latía con fuerza en su pecho mientras se preparaba para lo que estaba a punto de hacer. Había llegado el momento de enfrentarse a sus deseos más oscuros y prohibidos.

Alondra respiró hondo y empujó la puerta, encontrando a su padre acostado en la cama. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras se acercaba, su mente llena de dudas y temores. Pero su deseo ardiente de satisfacer sus necesidades emocionales y sexuales era más fuerte que cualquier otra cosa.

Con manos temblorosas, Alondra se deslizó bajo las sábanas y se acurrucó junto a su padre, sintiendo la calidez de su cuerpo y el latido de su corazón. Cerró los ojos con fuerza, tratando de ahogar los pensamientos de culpabilidad y vergüenza que amenazaban con inundar su mente. Estaba decidida a seguir adelante, aunque fuera solo por una noche.

Lo que comenzó como un plan desesperado se convirtió en una experiencia intensamente placentera para Alondra. Cada roce, cada caricia, cada penetración la transportaba a un estado de éxtasis indescriptible, haciendo que olvidara por completo las complicaciones y los remordimientos que la atormentaban.

El deseo ardiente que sentía por su padre, mezclado con la excitación del momento, creaba una sinfonía de sensaciones que la dejaba sin aliento. Cada embestida era como una explosión de placer, llevándola al borde del abismo una y otra vez, hasta que finalmente sucumbió al orgasmo que la sacudió de pies a cabeza.

Mientras se perdía en el éxtasis del clímax, Alondra sintió el cálido torrente de semen llenar su interior, confirmando la profundidad de su conexión física con su padre. Aunque sabía que estaba cruzando límites prohibidos, no podía evitar sentir una sensación de realización y satisfacción al haber cumplido su fantasía más secreta.

Pero incluso en medio del placer desenfrenado, la sombra de la culpa y el remordimiento seguía acechando en las profundidades de su mente. Sabía que lo que había hecho estaba mal, que había traicionado la confianza de su familia de la manera más cruel posible. Aunque por un momento pudo olvidar sus preocupaciones, sabía que tendría que enfrentarse a las consecuencias de sus acciones en algún momento.

Al amanecer, cuando los primeros rayos del sol se filtraban por las cortinas, Alondra se despertó con una mezcla de confusión y vergüenza al sentir el semen brotar de su vagina, recordándole vívidamente los acontecimientos de la noche anterior. Con movimientos cuidadosos, Alondra se separó con cuidado de su padre, sintiendo un remordimiento agudo en lo más profundo de su ser y se dirigió al baño, donde se limpió meticulosamente, tratando de borrar cualquier rastro de lo que había sucedido.

Aunque había encontrado un breve respiro para su dolor, el precio de su traición era demasiado alto para ignorarlo.Sabía que había cruzado una línea que no podía deshacer, enfrentándose a un futuro incierto marcado por la culpa y el remordimiento

Una vez que se sintió lo suficientemente limpia, regresó al dormitorio, donde encontró a su "hombre" levantándose y vistiéndose para ir al trabajo. La tensión en el aire era palpable mientras él le daba un beso de despedida, ajeno a la tormenta emocional que se estaba gestando dentro de Alondra.

Después de que él se marchara, Alondra se encontró frente a la habitación donde su madre dormía profundamente, ajena a los eventos que habían ocurrido durante la noche. Un nudo se formó en el estómago de Alondra mientras contemplaba a su madre, sintiendo una mezcla de culpa y temor por lo que había hecho.

Por un momento, consideró la posibilidad de despertar a su madre y confesarle la verdad, pero el miedo a las consecuencias la paralizaba. Sabía que tendría que enfrentarse a las repercusiones de sus acciones eventualmente, pero por ahora, el peso de su secreto era demasiado como para enfrentarlo.

Alondra se en esta situación, debatiéndose entre dos opciones igualmente desafiantes. Por un lado, podía optar por seguir el camino de su madre, sustituyéndola en su rol dentro del hogar y manteniendo en secreto lo sucedido, con la esperanza de encontrar redención a través de una nueva vida... Por otro lado, tenía otra opción 

La idea de asumir el papel de su madre y mantener su secreto pesaba sobre Alondra, quien se sentía culpable por la carga emocional y el temor a ser descubierta. Aunque esta opción le ofrecía cierta comodidad y familiaridad, también sabía que vivir bajo una falsa identidad y mantener un secreto tan oscuro sería una carga demasiado pesada para llevar a largo plazo.

Por otro lado, la idea de confesar todo y enfrentar las consecuencias era aterradora, pero también liberadora. Alondra sabía que tomar este camino significaba renunciar a la seguridad y la estabilidad de su vida actual, pero también representaba la oportunidad de liberarse del peso de su secreto y buscar una nueva vida.