Taje de piel.

 

Este fue el fin de semana en que los padres de Jeysson, se fueron a una pequeña cabaña de retiro.

Jey se aburría de sus videojuegos y no había nada interesante en la televisión. Decidió recorrer la casa, comenzando por la habitación de sus padres. Pensó que tal vez podría encontrar algo de efectivo. No encontró nada fuera de lo común hasta que abrió el armario y descubrió un traje de piel.

Había oído hablar de estos trajes en Internet, pero nunca había visto uno en persona. No podía creer que sus padres fueran tan ricos, ya que estos trajes costaban aproximadamente lo mismo que un Lamborghini. Lo inspeccionó y se dio cuenta de que era uno femenino. Decidió probárselo.

Para ponérselo, tuvo que quitarse la ropa y deslizarse en el traje. No sintió nada extraño hasta que comenzó a subir la cremallera. Sentía el traje apretarse firmemente contra su piel hasta que quedó completamente ajustado. Las sensaciones llenaron su cerebro: un largo cabello castaño le hacía cosquillas en los hombros, sentía un leve peso en su pecho, caderas más anchas, un trasero más grande y un vacío notable en su ingle.

Miró hacia abajo y se tocó los pequeños pero bien formados senos. "Vaya, esto es increíble", dijo, sorprendido al escuchar una voz femenina salir de su boca. Corrió hacia el espejo de cuerpo entero, sintiendo sus pechos moverse en el trayecto. Se quedó boquiabierto cuando vio su reflejo: el rostro de su madre le devolvía la mirada, pero parecía mucho más joven, y su cuerpo era increíblemente en forma.

Comenzó a posar frente al espejo, disfrutando de la experiencia, y luego comenzó a acariciar sus nuevos pechos. Le encantaban las sensaciones, gimiendo suavemente al rozar su piel. Debió haber perdido la noción del tiempo.

Mientras tanto, en las noticias se hablaba de un ladrón que se colaba en las casas, aconsejando a todos asegurar puertas y ventanas. Sin embargo, Jey, absorto en su descubrimiento, decidió que quería sentir el agua caliente sobre su nueva piel. Ignorando el peligro, se dirigió al baño, sin percatarse de que el ladrón estaba en su patio trasero y, al encontrar una ventana sin seguro, entró fácilmente.

Cuando Jey salió de la ducha, fue sorprendido por un ladrón que le dijo que solo quería robar. Sin embargo, había algo con lo que ninguno de los dos contaba: el traje de piel que Jey usaba producía una potente feromona que despertaba el instinto sexual más primitivo en los hombres.

El ladrón intentó resistirse. Su intención era solo tomar los objetos de valor, pero no podía luchar contra la feromona que desataba sus más bajos instintos. Con cada segundo que pasaba, el control se le escapaba más y más.

Finalmente, cediendo a la atracción irresistible, el ladrón comenzó a acariciar el cuerpo de Jey. Sus manos recorrieron su entrepierna, explorando con curiosidad y deseo, mientras sus dedos apretaban suavemente el pecho de Jey. La tensión en el aire se hacía palpable con cada caricia, y ambos se veían atrapados en una espiral de deseo incontrolable.

Ya se imaginarán cómo acabó esta historia...

Jey se sorprendió gratamente por el tamaño generoso del pene de ese tipo. A pesar de la inicial sorpresa, se sintió intrigado y ansioso por experimentar más. Cada movimiento del sujeto parecía sincronizarse con la sensibilidad recién descubierta de su nueva anatomía femenina. 

Jey se encontraba en un estado en el que experimentaba el sexo desde la perspectiva de una mujer, gracias al avanzado traje experimental que llevaba puesto. Cada centímetro de su piel estaba electrificado por las sensaciones que el traje le proporcionaba, preparándolo intensamente para este encuentro íntimo.

Sus manos temblaban ligeramente cuando tocó el pene del sujeto, sorprendido unavez mas por su tamaño y forma. Con una mezcla de excitación y nerviosismo, Jey se dejó guiar por el deseo y la novedad de la experiencia. El suave contacto y la presión gradualmente lo introdujeron en su nueva anatomía femenina, una vagina que ahora lo envolvía con una sensación de calides

Cada caricia del sujeto exitaba y estimulaba el cuerpo de jey de una manera orgasmica, explorando sensaciones que nunca había imaginado antes. Los gemidos llenaban el aire, mezclándose con su propia respiración entrecortada. Jey cerró los ojos, entregándose completamente a ese hombre

Después de que el encuentro llegó a su fin, el ladron recobró la conciencia lentamente y ambado el lugar,  jey por su parte, sintiéndose abrumada por la intensidad de la experiencia que acababa de vivir. El ambiente cargado de emociones y sensaciones nuevas lo dejó momentáneamente aturdido. Respiró hondo y, con precaución, se apartó del lugar, su mente aún revoloteando entre la sorpresa y la exploración de esa nueva perspectiva.

Mientras caminaba de regreso a la ducha, cada paso parecía resonar con las imágenes y sensaciones que acababa de experimentar. Sentía una extraña conexión con su propio cuerpo, especialmente con su vagina, aun tenia la sensación de tener esa polla adentro de ella. Al llegar a la ducha se limpia el semen del sujeto, decidió tomar una ducha para refrescarse y tratar de despejar su mente.

Bajo el agua tibia, dejó que sus pensamientos fluyeran mientras el vapor envolvía su cuerpo. Cerró los ojos, intentando asimilar lo sucedido y buscando entender cómo eso había cambiado su percepción de sí mismo y de la intimidad.

A pesar de esta experiencia, decidió quedarse con el traje puesto y fue a la habitación de su madre para coger una camiseta y vestirse. Luego, regresó a su cuarto y prendio la televisión porque el pardid iba a comenzar...